P. LA TINTA
En 2 Corintios 3:3 la tinta es un símbolo del Espíritu: “Siendo manifiesto que sois carta de Cristo redactada por ministerio nuestro, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo”. El Espíritu del Dios vivo, que es el propio Dios viviente, no es el instrumento para escribir, la pluma, sino el mismo elemento, la tinta, con el cual los apóstoles ministran a Cristo como contenido para escribir cartas vivas que transmiten a Cristo. El escritor de estas cartas no es el Espíritu de Dios; el escritor es los apóstoles. El Espíritu del Dios vivo es la “tinta”, el elemento, la esencia de tal escritura. Esto significa que el Espíritu del Dios vivo es el elemento con el cual son escritas las cartas.
El ministerio de los apóstoles consistía en escribir cartas con el Espíritu vivificante como esencia. Cuanto más los apóstoles le ministraban a uno, más inscribían dentro de uno el elemento del Espíritu vivificante.
En 2 Corintios 3:3 Pablo dice: “Escrita no con tinta”; él no dice: “Escrita no por tinta”. El uso de la preposición con indica que la tinta espiritual, el Espíritu del Dios vivo, es una esencia, un elemento, usado por aquel que inscribe o escribe. El Espíritu no es el escritor ni el instrumento para escribir; más bien, el Espíritu es la esencia, el elemento, la sustancia, usada al escribir. El Espíritu del Dios vivo es la tinta celestial usada por los apóstoles al escribir cartas vivas que transmiten a Cristo. Por tanto, aquí la perspectiva de Pablo respecto al Espíritu es que dicho Espíritu es una esencia usada para escribir las cartas de Cristo.
(Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 079-098), capítulo 4, por Witness Lee)