X. LA CASA DE DIOS ES EL REPOSO SABÁTICO
QUE QUEDA EN EL LIBRO DE HEBREOS
Ahora debemos leer Hebreos 3:6-7, que dice: “Cristo fue fiel como Hijo sobre la casa de Dios, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza. Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oís hoy Su voz”. El versículo 6 dice que nosotros somos la casa de Dios y que el Hijo de Dios está ahora sobre dicha casa, cuidándola. Si hemos de disfrutar a Cristo debemos estar en Su casa y ser parte de ella. El versículo 7 empieza con la frase por lo cual, indicando que da continuación al versículo anterior. La expresión por lo cual, que sirve para unir los versículos 6 y 7, indica que debemos cuidar de la casa de Dios, pues, de lo contrario, perderemos el sábado y no entraremos en el reposo. Hebreos 4:7, continúa lo dicho en 3:7, y dice: “Otra vez el Espíritu Santo determina un día: hoy, diciendo después de tanto tiempo, en David, como dijo antes: ‘Si oís hoy Su voz, no endurezcáis vuestros corazones’”. Después de esto, los versículos 8 y 9 añaden: “Porque si Josué les hubiera introducido en el reposo, el Espíritu no habría hablado después de otro día. Por tanto, queda un reposo sabático para el pueblo de Dios”. Si juntamos todos estos versículos, descubriremos que hoy el reposo sabático es la casa de Dios. Por tanto, si no permanecemos en la casa de Dios, perderemos el reposo sabático. El escritor de este libro parecía estar diciendo a los creyentes hebreos: “Vuestros padres en el desierto no escucharon a la palabra de Dios. Por eso, más adelante, en el libro de Salmos, el Espíritu estableció otro día para que vosotros entraseis en el reposo. ¿Cuál es el reposo al que necesitáis entrar hoy? Es la casa de Dios, sobre la cual está Cristo, el Hijo de Dios”. La frase “por lo cual”, que aparece en Hebreos 3:7, es muy importante. Si no estuviera esta frase aquí, no nos daríamos cuenta de que el reposo sabático hoy en día es la casa de Dios, la cual se halla bajo el cuidado del Hijo de Dios.
A pesar de que miles de creyentes han sido salvos, muchos de ellos todavía permanecen en el desierto y no han entrado en la buena tierra. ¿Dónde está la buena tierra hoy en día? En el lugar donde están la morada y el reino de Dios. Esto es la vida de iglesia. La iglesia es la casa de Dios, la morada de Dios y el reino de Dios. Así pues, la iglesia es la buena tierra hoy en día. Si no vemos esto, perdemos el reposo sabático actual.
Por muchos años me pregunté en qué consistía el reposo sabático mencionado en Hebreos 4; ninguna de las interpretaciones que llegué a escuchar me satisfacían. Pero ahora que he podido ver que la iglesia es el reposo sabático de hoy, me siento plenamente satisfecho y en reposo respecto a este asunto. La casa de Dios, la cual está bajo el cuidado del Hijo de Dios, es nuestro reposo, nuestro hogar, nuestra patria, la tierra de Emanuel y la buena tierra que fluye leche y miel.
En Mateo 11:28-30 el Señor Jesús dijo que si estábamos cargados y veníamos a Él, Él mismo sería nuestro descanso, y luego en Mateo 12:8 dijo que Él era Señor del sábado. ¿Dónde hallamos a este Cristo que es nuestro reposo y Señor del sábado? Lo hallamos en la iglesia. Si hemos de tomar a Cristo como nuestro reposo, tenemos que estar en la iglesia. El libro de Apocalipsis dice claramente que este Cristo, quien es todo-inclusivo, anda ahora en medio de los candeleros, esto es, entre las iglesias. Y no sólo esto, sino que, tal como lo revela Apocalipsis 2 y 3, Él es el Espíritu que habla a las iglesias. Si usted quiere tener contacto con Él, disfrutarle y participar de Él como su reposo, usted necesita estar en la iglesia. La iglesia es hoy nuestro sábado. Si aplicamos este concepto a todos los versículos de Isaías que hablan acerca del sábado, podremos ver cuán significativo es esto. ¿Cómo guardamos el sábado hoy en día? Al participar de la vida de iglesia. ¡Oh, cuánto necesitamos tener la vida de iglesia! Nosotros somos quienes verdaderamente guardamos el sábado; de hecho, nosotros guardamos el sábado día tras día. ¡Cuán grandioso es el sábado del cual disfrutamos hoy! ¡Cuánto descanso nos proporciona!
En el libro de Hebreos se menciona la iglesia pocas veces pero de manera enfática. Hebreos 2:12 dice: “Anunciaré a Mis hermanos Tu nombre, en medio de la iglesia te cantaré himnos de alabanzas”. La iglesia es el lugar donde el Hijo primogénito de Dios puede anunciar el Padre a Sus hermanos y donde puede cantar alabanzas al Padre. Esto no es nada insignificante. Muchos de nosotros podemos testificar que donde estuvimos por muchos años antes de venir a la iglesia, nunca nos percatamos de que el Hijo de Dios estuviera anunciándonos al Padre o cantando alabanzas al Padre en medio de nosotros. Tal vez usted haya asistido a muchas de las llamadas reuniones cristianas, pero ¿alguna vez tuvo la sensación de que ahí estaba el Hijo de Dios alabando al Padre en medio de ustedes? ¿Y qué tal hoy en las reuniones de la iglesia? Reunión tras reunión tenemos el sentir de que el Señor nos está revelando la vida, la realidad, del Padre. Cada vez que nos reunimos sentimos que el Señor está contento con nosotros y que el Hijo de Dios está alabando al Padre. Éste es el reposo sabático.
En Hebreos 2 se menciona la iglesia, donde el Hijo de Dios alaba al Padre, y en el capítulo 3 se encuentra la casa de Dios, la cual el Hijo de Dios cuida de una manera excelente. Esta iglesia, esta casa, es el reposo sabático. Después de mencionar estos dos asuntos en los capítulos 2 y 3, el escritor de Hebreos habla del reposo sabático que queda para el pueblo de Dios en el capítulo 4, y nos dice que debemos procurar, “con diligencia, entrar en aquel reposo” (v. 11). ¿A qué se refiere el reposo, la buena tierra, que se menciona aquí? Se refiere a la vida de iglesia, que es la casa de Dios, a la iglesia en medio de la cual el Hijo de Dios alaba al Padre, y a la casa de Dios, la cual el Hijo cuida. La frase por lo cual, que aparece al comienzo de 3:7, y que, como hemos dicho, relaciona la casa de Dios del capítulo 3 con el reposo sabático del capítulo 4, es una prueba contundente de que la vida de iglesia es el reposo sabático actual. Todos debemos esforzarnos por entrar en este reposo, y una vez hayamos entrado, no debemos abandonarlo jamás.
(Estudio-vida de Hebreos, capítulo 19, por Witness Lee)