II. LOS MUCHOS HIJOS SON SALVOS
PARA SER LOS COHEREDEROS
A fin de entender cabalmente que somos herederos de la salvación, es necesario que sepamos que Dios en Su economía cuenta con el Hijo primogénito y con muchos hijos. ¿Cuántos hijos tenía Dios antes de la encarnación de Cristo? Él sólo tenía uno, Su único Hijo. En la Biblia a este Hijo se le llama el Unigénito (Jn. 1:14, 18). Juan 3:16, un versículo muy conocido por todos los cristianos, dice que Dios amó tanto al mundo que dio a Su Hijo unigénito. El Hijo unigénito de Dios era Cristo. Antes de Su muerte y resurrección, Cristo era el único Hijo de Dios. El Nuevo Testamento revela que por medio de la muerte y la resurrección de Cristo, nacieron los muchos hijos de Dios (1 P. 1:3). En la madrugada del día de Su resurrección, el Señor Jesús le dijo a María: “Ve a Mis hermanos, y diles: Subo a Mi Padre y a vuestro Padre, a Mi Dios y a vuestro Dios” (Jn. 20:17). Antes de esa mañana, Él nunca había llamado hermanos a Sus discípulos. En Juan 15 Él dijo: “Ya no os llamo esclavos, porque el esclavo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos” (v. 15). Así que, el término más íntimo que el Señor usó para llamar a Sus discípulos antes de Su resurrección fue “amigos”. Pero después de Su resurrección, Él se encontró con una de Sus discípulas y le dijo que fuera a Sus hermanos. Esto fue profetizado en el salmo 22. Las primeras palabras de este salmo son las mismas que el Señor pronunció en la cruz: “Dios Mío, Dios Mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mt. 27:46). Los primeros veintiún versículos de este salmo hablan de la crucifixión del Señor, y de repente, el versículo 22 dice: “Anunciaré Tu nombre a Mis hermanos”. Esto comprueba que Él pasó por la muerte y entró en la resurrección. Después que Él hubo pasado por la muerte y la resurrección, los muchos hermanos fueron producidos. Él fue aquel grano de trigo que mediante la muerte y la resurrección se convirtió en los muchos granos de trigo (Jn. 12:24). Ahora Dios tiene muchos hijos. Él no sólo tiene un Hijo unigénito, sino a los muchos hijos con el Primogénito. Antes de Su resurrección, Cristo era el Hijo unigénito de Dios, pero después de Su resurrección, puesto que fueron producidos muchos hijos de Dios, Él vino a ser el Hijo primogénito de Dios quien tiene muchos hermanos.
¿Qué es un hijo? Un hijo es la expresión de su padre. Muchas veces cuando veo a un niño, puedo reconocer en él las facciones de su padre, porque los hijos expresan a sus padres. A menudo cuando veo a un niño, me doy cuenta de quién es hijo porque en su rostro puedo reconocer el rostro de su padre. El padre nunca es la expresión del hijo, sino que el hijo es la expresión del padre. ¿Cuántos hijos tiene Dios? Antes de la resurrección de Cristo, Dios tenía solamente uno. Eso significa que Él tenía una sola expresión. Pero ¿cuántas expresiones tiene Dios hoy? Él tiene muchas, porque tiene muchos hijos. Todos Sus hijos son Su expresión. Es fundamental entender esto para entender lo que significa ser herederos de la salvación.
En la salvación que Dios nos otorga, no solamente nacemos de Dios y llegamos ser Sus hijos (Jn. 1:12-13), sino que además somos hechos “herederos de Dios y coherederos con Cristo” (Ro. 8:17; Gá. 4:7; Tit. 3:7). Una cosa es nacer como hijos de Dios, y otra muy distinta es ser hechos herederos de Dios. ¿Saben ustedes cuál es la diferencia entre un hijo y un heredero? Uno puede ser hijo y no ser heredero. Para ser hijos sólo se requiere que nazcamos, mientras que para ser herederos, se requiere que crezcamos hasta la madurez. Para que un niño pueda convertirse en un heredero, primero tiene que madurar. Sin embargo, aún después de haber madurado, todavía no está calificado para ser heredero, ya que, además de alcanzar la madurez, se requiere que sea declarado legalmente como tal. Uno puede tener la edad correcta y aun así no haber sido constituido legalmente un heredero. Por tanto, para ser heredero, uno necesita haber alcanzado la madurez y cumplir con todos los requisitos legales. Así pues, para que alguien llegue a ser heredero de Dios, se requieren tres cosas: haber nacido de nuevo como hijo de Dios, crecer hasta madurar y cumplir los requisitos legales.
Supongamos que cierto rey tiene cinco hijos. ¿Heredarán todos ellos el trono? Claro que no; solamente el primogénito heredará el trono del reino. No obstante, aún se requiere que el primogénito madure y sea designado como el príncipe que hereda la corona. Sólo entonces él puede ser el sucesor legítimo al trono y heredar el reino. Tal vez al escuchar esto ustedes digan: “Ya que Cristo es el Primogénito, ninguno de nosotros tiene el más mínimo derecho al trono del reino”. Pero permítanme decirles que, aunque en el trono del Reino Unido sólo se pueda sentar una sola persona, el trono del reino celestial está reservado para el Primogénito y Sus muchos hermanos. Todos nosotros somos Sus hermanos, así como Sus coherederos. Cuando Él se siente en el trono, nosotros también estaremos allí con Él (Ap. 3:21). Seremos reyes juntamente con Él (Ap. 20:4, 6).
Nuestro Padre es un gran Padre, mucho más grande que Abraham. Nosotros, los muchos hijos de Dios el Padre, compartimos una gran herencia con Cristo, el Hijo primogénito de Dios. Pero necesitamos crecer y madurar en vida para que podamos ser hechos herederos legítimos.
¿Cuál es el destino de una persona salva? ¿Cuál es el propósito de Dios al salvar a los muchos hijos? Su propósito es que seamos herederos junto con Su Hijo. El Hijo primogénito de Dios es el Heredero que Dios ha designado, y nosotros, los muchos hijos, hemos sido salvos para ser Sus coherederos. Nuestra salvación tiene como destino que seamos coherederos juntamente con Cristo. ¡Somos herederos juntamente con Cristo! Cristo es el Heredero designado, y nosotros somos Sus coherederos.
¿Qué hemos de heredar? Hebreos 2 dice que nosotros, los coherederos de Cristo, heredaremos la tierra. Por supuesto, heredaremos mucho más que la tierra. Heredar la tierra durante el milenio será solamente un premio particular, muy semejante al premio que se le otorga a un estudiante que ha obtenido las más altas calificaciones en la escuela. Ciertamente, nosotros heredaremos mucho más que esto; de hecho, en 1 Corintios 3:22 se nos dice que todo es nuestro.
(
Estudio-vida de Hebreos, capítulo 5, por Witness Lee)