RECIBIR LA PALABRA
Nada honra más a nuestro Padre que el hecho de que nosotros recibamos Su Palabra y la guardemos. La Biblia es la Palabra de nuestro Padre. Supongamos que usted recibe una carta de su madre. Cuando la empieza a leer, siente que es como si estuviera acudiendo a ella. De manera semejante, cuando usted acude a la Biblia, tiene la dulce sensación de que está acudiendo a su Dios, a su Padre, a su Señor. Además, si ingiere la Palabra, recibirá la realidad del Dios Triuno. Aun el Espíritu que mora en usted está corporificado en la Palabra.
(Mensajes de vida, tomo 1 (#1-41), capítulo 11, por Witness Lee)