SER CONCERTADOS MUTUAMENTE
Ahora es necesario entrar en más detalles. Los asuntos que estamos considerando no son simples. No es suficiente decir que hemos visto el Cuerpo y que estamos viviendo por Cristo como nuestra vida, y que por tanto tenemos la unidad y que estamos unidos y estamos en el Cuerpo. Tenemos a Romanos 12 y a 1 Pedro 2, pero necesitamos continuar para llegar a 1 Corintios 12, especialmente para fijarnos en una palabra del versículo 24: “Dios concertó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba.” Cuánto aprecio la palabra concertar. Dios concertó el cuerpo. Debemos comprobar en nosotros mismos cuánto hemos sido concertados. Estamos todos aquí juntos, hemos visto el Cuerpo, estamos en el Cuerpo, estamos viviendo en Cristo y por Cristo como nuestra vida, pero necesitamos comprobar en nosotros mismos cuánto hemos sido concertados mutuamente.
Los que saben cocinar, saben cómo concertar a los diferentes ingredientes cuando cocinan. Concertar va más allá que mezclarse o combinarse. El Amplified New Testament [Nuevo testamento amplificado] proporciona varias palabras para la palabra concertar en este versículo: acoplados, mezclados, armonizados y proporcionar sutilmente las partes del conjunto entero. En la aplicación práctica, el ser concertados significa que una persona rápida necesita estar puesta junto con una persona lenta para que la rapidez de aquélla se pueda concertar con la lentitud de la otra. Entonces en el Cuerpo no habrá nadie ni muy rápido ni muy lento.
En la iglesia tanto el orgullo como la humildad necesitan concertarse hasta que sólo quede Cristo. Un hermano puede sentir que él es muy humilde y que los demás son muy orgullosos. Cuando su humildad se haya concertado con el orgullo de ellos, no habrá nada humilde ni nada orgulloso en la iglesia. Para algunos de los hermanos y hermanas, es muy fácil ponerse de pie y funcionar en la reunión, y para otros es fácil quedarse sentados y permanecer callados. Estos santos también necesitan ser concertados mutuamente. En estos días tengo muy presente que necesito ser más concertado con todos los santos. No importa cuál sea la característica distintiva suya, necesito ser concertado con ustedes en cuanto a eso. Todos necesitamos ser concertados mutuamente.
Si no somos concertados mutuamente, no hay posibilidad de que seamos edificados juntos. Si no somos concertados, una persona rápida nunca podrá llevarse bien con una persona lenta, y nunca podría haber edificación entre ellas. Si no somos concertados, no podríamos coordinar con otros. Un hermano es demasiado orgulloso, pero otro es demasiado humilde. Estos dos nunca podrían coordinar juntos a menos que ambos estén dispuestos a ser concertados. Dios no sólo ha colocado a los miembros en el Cuerpo, Él ha concertado el Cuerpo.
Cuando se cocina, no es suficiente simplemente mezclar ciertos ingredientes para preparar un platillo que tenga un buen sabor. Al preparar ciertos platillos, es necesario concertar los ingredientes para darles un sabor delicioso. Todos hemos sido colocados aquí en la iglesia juntos, pero no habrá ese sabor delicioso si no somos concertados mutuamente. Dios ha colocado a los miembros, cada uno de ellos en el Cuerpo, y también ha concertado al Cuerpo mutuamente (1 Co. 12:18, 24). Nuestra necesidad actual no es simplemente ser introducidos y colocados aquí en la iglesia, sino que también necesitamos ser concertados mutuamente con aquellos que el Señor haya escogido y cuya manera de ser sea bastante diferente a la nuestra. Una y otra vez el Señor nos coloca con la persona adecuada a fin de que seamos concertados en el Cuerpo.
(Servir en el espíritu humano, capítulo 1, por Witness Lee)