Servir en el espíritu humano, por Witness Lee

UNA VISIÓN CELESTIAL DEL CUERPO

Si vamos a servir al Señor, nuestro servicio debe llevarse a cabo en el Cuerpo. Tenemos la carga de que todos seamos introducidos en esta visión celestial, la visión según la cual nadie puede servir al Señor sin el Cuerpo. Todo nuestro servicio debe desempeñarse en el Cuerpo porque, como cristianos, todos hemos sido regenerados para ser miembros del Cuerpo. Cada uno de nosotros es un miembro del Cuerpo. Ninguno de nosotros forma una unidad completa, una persona completa, un ser completo: ninguno de nosotros solos es el Cuerpo. Todos nosotros hemos sido re-creados, regenerados, para ser miembros del Cuerpo.

Los miembros de nuestro cuerpo físico nos presentan un cuadro de cuánto cada miembro necesita al Cuerpo. Es imposible que un dedo sea una unidad completa en sí mismo. De la misma manera, los ojos y las orejas no son unidades completas. Cada miembro necesita al cuerpo, y cada miembro necesita estar unido al cuerpo. La parte del cuerpo que consideramos como la más hermosa sería aterradora si estuviera separada del cuerpo. Apreciamos la belleza de los ojos humanos, pero si viéramos estos ojos fuera del cuerpo, estaríamos aterrorizados. Si estuvieran separados del cuerpo, no sólo desaparecería su belleza, sino que también desaparecería su función y serían inútiles.

Hoy muchos queridos cristianos deberían tener una belleza genuina en el Cuerpo. Sin embargo, no tienen esta belleza simplemente porque se han separado de la realidad del Cuerpo. Sólo por esta razón, la separación de la realidad del Cuerpo, ciertos miembros que deberían ser hermosos y útiles llegan a ser aterradores e inútiles.

La intención de Dios en el universo es obtener un Cuerpo. Se puede usar diferentes palabras para expresar esto mismo: el Cuerpo, la casa o el sacerdocio, pero todas simplemente significan que nosotros, los que hemos sido regenerados, necesitamos ser concertados mutuamente y edificados como un solo Cuerpo. Ésta es la intención de Dios. Si vamos a servir al Señor, necesitamos entender este punto claramente.

Antes de todo, necesitamos la visión celestial en cuanto al Cuerpo. Espero que durante estos días nuestros ojos sean abiertos a fin de que todos seamos introducidos en el pleno entendimiento de cuánto necesitamos estar en la realidad del Cuerpo. Tenemos que darnos cuenta de que no podemos servir sin el Cuerpo y que incluso no podemos llevar una vida espiritual fuera del Cuerpo. Tal visión nos capturará, nos arruinará, nos estropeará y nos impedirá llevar a cabo cualquier obra individualista o cualquier servicio independiente. Por medio de la visión celestial, por lo que vemos acerca del Cuerpo, seremos introducidos a un servicio genuino. Todos debemos orar para que podamos ver esta visión.

Para llevar a cabo el servicio cristiano necesitamos al Cuerpo, y necesitamos ver el Cuerpo. Éste es el primer punto que debemos abarcar si vamos a hablar acerca del servicio. Realmente creo que muchos entre nosotros han visto que no existe manera, ni base, ni fundamento ni terreno alguno para que sirvamos al Señor sin el Cuerpo. Necesitamos al Cuerpo, y alabamos al Señor porque ya hemos sido regenerados para formar parte del Cuerpo. Lo único que necesitamos ahora es la visión celestial que nos permita darnos cuenta de que ya estamos en el Cuerpo. Estamos en el Cuerpo, pero carecemos de este entendimiento. No podemos obtener tal entendimiento del Cuerpo por medio de enseñanzas. Yo no confío en mi enseñanza, y no creo que mi enseñanza pueda tener algún efecto en este asunto. Sin embargo, pongo los ojos en el Señor, la Cabeza del Cuerpo, a fin de que Él les otorgue al menos un vislumbre pequeño, para que sus ojos sean abiertos y vean el hecho de que ya están en el Cuerpo. ¡Ya están en el Cuerpo! Cuando vean esta visión, considerarán cuán absurdo es el hecho de que hayan sido cristianos por tantos años sin darse cuenta de que están en el Cuerpo. Han sido regenerados para formar parte del Cuerpo y con tan sólo un una mirada fugaz de la visión entenderán claramente que ya están en el Cuerpo.

Algunos de nosotros emigramos a los Estados Unidos de otros países y obtuvimos la ciudadanía estadounidense. Después de obtener la ciudadanía, recibimos felicitaciones de parte del presidente y de varios agentes del gobierno. Sin embargo, necesitamos celebrar mucho más el hecho de que somos miembros del Cuerpo, más de lo que celebramos el ser ciudadanos de los Estados Unidos. Necesitamos celebrar nuestra “ciudadanía en el Cuerpo” y regocijarnos debido a que hemos visto al Cuerpo y porque estamos en el Cuerpo.

Después de haber sido regenerado por muchos años, me di cuenta que estaba en el Cuerpo y empecé a apreciar “la ciudadanía en el Cuerpo”. Fui regenerado en 1925, pero después de casi diecisiete años, mis ojos fueron abiertos y vieron el Cuerpo. Me di cuenta de que estaba en el Cuerpo entre 1940 y 1942. Por casi diecisiete años había sido un cristiano genuino, un buscador que estudiaba, uno que buscaba e incluso escudriñaba la Biblia. A pesar de ello, no tenía el entendimiento de que estaba en el Cuerpo. Cuando vi la visión del Cuerpo, todo el universo llegó a ser un cielo nuevo y una tierra nueva para mí. Ya había estado en el Cuerpo por algún tiempo pero no tenía el entendimiento del Cuerpo. Todos necesitamos ver esta realidad: cada uno de nosotros es miembro del Cuerpo. Estamos en el Cuerpo. Una vez que hayan visto la visión del Cuerpo, nunca podrán negar que la han visto, de la misma manera que si han visto la ciudad de Los Ángeles, no podrían decir que no la han visto. Todos necesitamos ver la visión del Cuerpo.

(Servir en el espíritu humano, capítulo 1, por Witness Lee)