Busqueda del cristiano, La, por Witness Lee

UN CRISTIANO TIENE A CRISTO EN SU INTERIOR

Los cristianos tienen muchas características especiales. La más evidente es que ellos tienen a Cristo en su interior. Esta comprensión debe estar profunda y firmemente arraigada en todos los cristianos. No debemos considerar que este asunto es algo ordinario; más bien, debemos considerarlo algo muy especial. Nosotros somos personas salvas delante de Dios porque Cristo ha entrado en nosotros. Crecemos en la vida divina porque Cristo ha ganado más terreno en nuestro ser. También tenemos conocimiento, somos espirituales y piadosos delante de Dios, porque Cristo ha ganado cada vez más terreno en nosotros. Pero ¿cuántos cristianos entienden, de una manera clara y cabal, que Cristo mora en ellos y, por ende, viven en Cristo? Es un hecho que no muchos cristianos prestan atención a este asunto tanto como Dios.

Desde el día en que fuimos salvos, Dios ha querido que nosotros nos pongamos a un lado, a fin de que cumplamos Su deseo al permitir que Cristo viva en nosotros. En otras palabras, anteriormente el Señor Jesús y nosotros éramos dos personas separadas; sin embargo, el día en que fuimos salvos, el Señor Jesús entró en nosotros. Por consiguiente, Él y nosotros ya no somos dos, sino una sola persona. Esto es lo que Dios desea y espera lograr. Desde el día en que fuimos salvos, Cristo y nosotros dejamos de ser dos personas; todos nuestros deseos, nuestros pensamientos y nuestra voluntad se han perdido en Cristo. Anteriormente vivíamos y evaluábamos todo por nosotros mismos. Cristo era Cristo, y nosotros éramos nosotros; Él y nosotros éramos dos personas completamente aparte la una de la otra. Sin embargo, el día en que fuimos salvos, recibimos al Señor Jesús en nosotros; ciertamente Él entró en nosotros. De este modo, llegamos a ser uno con Él. Esto es lo que Dios desea. Lamentablemente, este asunto ha sido descuidado por mucho tiempo, e incluso hoy en día los cristianos no le han prestado la debida atención.

Anteriormente el Señor Jesús y nosotros éramos dos personas distintas y separadas, pero ahora hemos llegado a ser uno. En el pasado Cristo era Cristo y nosotros éramos nosotros, pero ahora Cristo ha entrado en nuestro ser y se ha unido a nosotros. Algo sucedió inmediatamente después de que Él y nosotros experimentamos esta unión: llegamos a ser cristianos. Una vez que somos salvos y llegamos a ser cristianos, poseemos la vida de Cristo. Sin embargo, incluso entre las personas salvas hay dos categorías. Una categoría está compuesta de los cristianos que saben que sus pecados han sido perdonados, que Cristo mora en ellos y que un día estarán con Dios por la eternidad; más aún, ellos saben que Dios contesta sus oraciones y que el Espíritu de Dios está moviéndose en su ser. Estos cristianos saben que Cristo está en ellos. La otra categoría se compone de cristianos que han sido verdaderamente salvos, pero que no saben que Cristo mora en ellos. Si usted les pregunta si sus pecados han sido perdonados, ellos dirán que han sido perdonados y que, como resultado de este perdón, experimentan paz y gozo en su interior. Más aún, le dirán que han sido aceptados y justificados por Dios, y que también saben que un día cuando mueran, estarán con Dios por siempre. Sin embargo, algo que ellos desconocen es que Cristo vive en ellos.

Examinemos nuestra propia situación. Tal vez hayamos sido salvos por un buen periodo de tiempo, pero nos parece raro que nos pregunten si Cristo vive en nosotros. Todos sabemos que nuestros pecados han sido perdonados, y que cuando muramos estaremos con Dios, pero tal vez nunca hayamos escuchado que Cristo vive en nosotros. Quizás alguien nos haya hablado de esto, pero es como si sus palabras se hubieran desvanecido rápidamente. Sin importar cuánto tiempo tengamos de haber sido salvos, aunque muchos ya tenemos la certeza de que hemos sido salvos, no necesariamente sabemos que Cristo vive en nosotros. Esto es muy serio porque el tema central en la salvación de Dios es que Cristo vive en el hombre. Toda persona salva debe entender claramente este asunto.

Por consiguiente, los cristianos son aquellos que tienen a Cristo en ellos. Por ejemplo, no podemos decir que una taza es una taza de té, a menos que contenga té. Una taza de té debe contener té. Antes de ser salvos, simplemente éramos seres humanos; pero el día en que creímos en el Señor y fuimos salvos, Cristo entró en nuestro ser. Por consiguiente, ya no somos simplemente hombres, sino que somos “Cristo-hombres”. Una persona que es salva tiene a Cristo viviendo en ella. Debemos considerar esto como un asunto muy importante.

(Busqueda del cristiano, La, capítulo 6, por Witness Lee)