A DIOS NO SIMPLEMENTE LE INTERESA
QUE SEAMOS EDIFICADOS INDIVIDUALMENTE,
SINO QUE SEAMOS EDIFICADOS CORPORATIVAMENTE
Es preciso que veamos claramente que a Dios no le interesa la simple edificación individual; lo único que Él desea es el edificio. Dios no simplemente quiere que algunos materiales se vean bien individualmente; lo que Él quiere obtener es una casa. La intención de Dios no consiste simplemente en edificar a los cristianos individualmente para que sean una exhibición que despierte el aprecio de los demás; antes bien, Su intención es edificar a los muchos cristianos conjuntamente como casa espiritual para que sean la morada mutua de Dios y el hombre en la cual Dios y el hombre puedan reposar.
Por lo tanto, Efesios 4 nos dice que, habiendo ascendido, el Señor dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas y a otros como pastores y maestros para la edificación del Cuerpo de Cristo (vs. 8, 11-12). En 1 Corintios 14:12 leemos: “Puesto que estáis ávidos de espíritus, procurad sobresalir en la edificación de la iglesia”. Algunas versiones traducen aquí “espíritus” como “dones espirituales”. Esto también nos muestra que el Espíritu da dones a los que están en la iglesia, no para edificar a los creyentes individualmente a fin de que cada uno se vea hermoso, sino para que los creyentes que están dispersos sean conjuntamente edificados. Pablo también dijo que nosotros, como colaboradores de Dios, estamos edificando la casa de Dios (3:9-10). Por lo tanto, vemos que la obra de Pablo era también una obra de edificación.
Lamentablemente, hoy en día son muy pocos los que han visto que Dios desea realizar esta clase de obra, ¡y más pocos aún los que permiten que Dios realice esta clase de obra en ellos! En muchos lugares uno puede ver muchos grupos cristianos donde se reúne un buen número de cristianos, algunos de los cuales son espirituales y fervientes. Sin embargo, difícilmente uno puede ver una iglesia que haya sido edificada. En todo lugar vemos muchos materiales dispersos o amontonados, pero no podemos ver la iglesia edificada. En casi todo el cristianismo de hoy, no vemos una piedra edificada sobre otra (cfr. Mt. 24:2).
Todos debemos reconocer que Dios no está satisfecho con la condición actual del cristianismo. La condición de los hijos de Dios en todo lugar no está a la altura de lo que Dios desea. Lo que Dios desea hoy es una casa, no un montón de materiales. Así como es inaceptable tener un apilamiento de materiales rotos, viejos y de aspecto desagradable, igualmente es inaceptable tener un apilamiento de materiales que han sido tallados muy bien y que han sido trabajados adecuadamente, pero que no han sido edificados. Dios desea obtener una iglesia edificada, no simplemente unas cuantas personas espirituales. Por lo tanto, la obra de Dios hoy es una obra de edificación corporativa, y no una obra de edificación individual. Cualquier edificación individual que recibamos no es simplemente con el propósito de que seamos espirituales individualmente; más bien, tiene la finalidad de que seamos aptos para coordinar y para ser edificados con otros. Si vemos esto, nuestros conceptos cambiarán radicalmente. Ya no procuraremos simplemente ser espirituales individualmente, sino que procuraremos ser coordinados y edificados con todos los santos. Creo que el Espíritu Santo realizará una obra para capacitar a los hermanos y hermanas a fin de que esta visión llegue a ser para ellos cada vez más clara.
(Obra de edificación que Dios realiza, capítulo 5, por Witness Lee)