LA OBRA EDIFICADORA DE DIOS CONSISTE EN
EDIFICAR A LOS SANTOS CONJUNTAMENTE
En este capítulo hablaremos acerca de la obra edificadora de Dios de una manera más específica. Hemos dicho repetidas veces que la obra edificadora de Dios consiste en que Dios mismo sea edificado en el hombre y que el hombre sea edificado en Dios. Sin embargo, aquí queremos prestar atención a algo particular. Dios no sólo desea edificarse en los cristianos individuales ni simplemente edificar a los cristianos individuales en Él; más bien, Su deseo es edificarse en nosotros, una entidad corporativa, así como edificarnos a nosotros corporativamente en Él. Además, Dios desea edificar a todos los cristianos conjuntamente. Por lo tanto, Dios, al llevar a cabo Su obra de edificación, no sólo nos edifica juntamente consigo mismo, sino que también nos edifica a todos conjuntamente unos con otros.
Las Escrituras claramente nos muestran que el edificio universal de Dios es un hombre de grandes proporciones, un hombre universal. La Cabeza de este hombre universal es Dios mismo, y el Cuerpo se compone de todos los redimidos, quienes han sido conjuntamente edificados. Es por ello que la Biblia dice que la iglesia es el Cuerpo de Cristo y que Cristo es la Cabeza de la iglesia (Ef. 1:22-23; Col. 1:18). Cristo y la iglesia juntos, unidos, conforman un hombre completo. Todo el Nuevo Testamento nos habla acerca de este hombre universal, mostrándonos cómo Dios en Su Hijo es la Cabeza misteriosa, cómo todos los redimidos que han sido edificados por Él en el Espíritu Santo llegan a ser el Cuerpo misterioso, y cómo Él y Sus redimidos son conjuntamente edificados para ser el gran hombre misterioso en este universo.
Este hombre universal no sólo declara la relación que existe entre Dios y nosotros, los salvos, sino que también muestra la relación que tenemos unos con otros. Como miembros del Cuerpo, somos mutuamente coordinados y edificados. No sólo cada miembro es edificado junto con la Cabeza, sino que también todos los miembros son edificados juntamente unos con otros. Es por ello que la Biblia dice que somos el Cuerpo de Cristo y miembros cada uno en particular (1 Co. 12:27). Ya que es así, no podemos estar solos, sino que tenemos que estar juntos. Fíjese en los miembros de su cuerpo físico. Ninguno de ellos está solo, ni ninguno puede estar solo; antes bien, cada uno tiene que estar unido a los demás miembros. De igual forma, como cristianos que somos no podemos estar solos, sino que necesitamos unirnos a los demás cristianos. Recuerden que estar unidos equivale a estar en coordinación, que es a lo que nos referimos cuando hablamos de la edificación.
Las Escrituras también dicen que la iglesia es la casa edificada por Dios y que nosotros somos piedras usadas en este edificio (1 P. 2:5). Así como una casa se edifica con muchas piedras, de igual manera la iglesia como edificio espiritual es edificada con todos nosotros, las piedras vivas. Por lo tanto, este edificio no sólo incluye el que nosotros nos unamos a Dios, sino también el que estemos unidos y coordinados unos con otros.
Por esta razón, cuando la Biblia se refiere a la iglesia siempre nos muestra que la obra de edificación que Dios realiza no sólo nos edifica a cada uno de nosotros individualmente con Dios, sino que también edifica a todos los santos conjuntamente. Por lo tanto, a fin de tener parte en el edificio de Dios, tenemos que ser edificados con todos los santos conjuntamente.
(Obra de edificación que Dios realiza, capítulo 5, por Witness Lee)