LOS DOS ASPECTOS
DEL PROPÓSITO ETERNO DE DIOS
En este capítulo quisiéramos hablar acerca del propósito de la obra de edificación que Dios realiza en el universo. En palabras sencillas, Su obra de edificación tiene por objetivo llevar a cabo el propósito eterno de Dios. Si leemos la Biblia de principio a fin, veremos que el propósito eterno de Dios tiene dos aspectos: expresar a Dios y derrotar al enemigo de Dios. En nuestro anterior Estudio-vida de la Biblia, dijimos que estos dos aspectos del propósito eterno de Dios se logran al entrar Dios en el hombre y al mezclarse con él. Para este propósito, Dios escogió expresarse y derrotar a Su enemigo por medio del hombre. Fue por esta razón que Él creó al hombre. Por lo general, las personas encuentran difícil entender por qué en el universo el hombre es necesario y cuál es el significado de la vida humana. Sin embargo, cuando leemos la Palabra de Dios, podemos encontrar la respuesta. Dios creó al hombre a fin de cumplir Su propósito por medio del hombre. Al obtener al hombre como un vaso y al depositarse en el hombre con el fin de mezclarse con él, Dios puede expresarse a Sí mismo y derrotar a Su enemigo por medio del hombre.
Este asunto se revela claramente en el relato de Génesis 1 con respecto a la creación del hombre. Allí se nos muestra que Dios creó al hombre a Su propia imagen (vs. 26a, 27). El hombre es un retrato de Dios o, usando términos más modernos, una fotografía de Dios. La fotografía de una persona es la expresión, el reflejo, de esa persona. Por lo tanto, lo que se muestra en Génesis 1 es que el hombre fue creado para ser el reflejo, la expresión, de Dios.
Además, Génesis 1 dice que después que Dios creó al hombre, le dio autoridad para que gobernara todas las cosas. Este capítulo dice específicamente que Dios quería que el hombre ejerciera dominio “sobre toda la tierra y sobre todo lo que se arrastra sobre la tierra” (v. 26b). Una de las criaturas que se arrastran sobre la tierra es la serpiente, y la esfera donde la serpiente lleva a cabo sus actividades es la tierra. A medida que usted lee la Biblia, va descubriendo que la serpiente es la corporificación del enemigo de Dios. Por lo tanto, el hecho de que Dios le diera al hombre autoridad para gobernar la tierra y especialmente para gobernar lo que se arrastra sobre la tierra implica que Dios quiere poner fin a Su enemigo por medio del hombre.
Al final de la Biblia, cuando la obra de Dios haya concluido, también vemos que estos dos aspectos de Su propósito se habrán logrado por medio del hombre. En Apocalipsis 21 la Nueva Jerusalén, que representa a todos los que han sido salvos, es completamente la expresión de Dios. El aspecto de Dios es semejante al jaspe (4:3), y cuando aparece la Nueva Jerusalén, vemos que también es semejante al jaspe (21:11, 18). Esto significa que la ciudad es absolutamente la expresión de la imagen de Dios. Cuando usted ve la ciudad, ve la expresión de Dios. Más aún, la ciudad está llena de la gloria de Dios, e incluso es difusora de dicha gloria; la luz de la ciudad es el resplandor de Dios (vs. 23-24a). Esto significa que Dios se expresa por medio de un grupo de personas que han sido redimidas por Él y que han experimentado Su obra de edificación. Por lo tanto, en este cuadro vemos que se logra el primer aspecto del propósito por el cual Dios creó al hombre.
La conclusión de la Biblia también nos habla del momento en que se pone fin a la antigua serpiente, Satanás (20:2-3, 10). Si ustedes leen las Escrituras cuidadosamente, verán que al comienzo hay una serpiente y que al final todavía estará la serpiente. La historia de esa serpiente se ve a lo largo de toda la Biblia. Apocalipsis 12 nos muestra que debido al arrebatamiento de los vencedores, Satanás será derrotado y arrojado a la tierra. Él será derrotado delante de los santos (vs. 5, 7-9). En Apocalipsis 20 vemos que Satanás será atado y arrojado al abismo (vs. 1-3) y posteriormente será lanzado al lago de fuego y azufre (v. 10). En ese momento, el segundo aspecto del propósito por el cual Dios creó al hombre también se cumplirá. Por lo tanto, el propósito de Dios, tanto de expresarse como de derrotar a Su enemigo, se cumplirá por medio del hombre.
(Obra de edificación que Dios realiza, capítulo 4, por Witness Lee)