Obra de edificación que Dios realiza, por Witness Lee

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EL RESULTADO DE LA OBRA DE EDIFICACIÓN QUE DIOS REALIZA ES QUE CRISTO PUEDA HACER SU HOGAR EN EL CORAZÓN DEL HOMBRE

Quisiera repetirles una vez más que esta edificación es lo que más se necesita entre los hijos de Dios hoy. Lo que importa no es si somos fervorosos, si buscamos de Dios, si oramos mucho o si hemos pagado cierto precio; antes bien, lo que importa es si permitimos que Dios se edifique en nosotros. Algunos consagran su dinero y su tiempo, pero no están dispuestos a permitir que Dios se edifique en ellos. Esta clase de consagración es inútil. Otros son muy fervorosos en la predicación del evangelio y también les encanta leer las Escrituras y orar, pero no están dispuestos a permitir que Dios se edifique en ellos. Esta clase de fervor y búsqueda es de poco provecho.

Recuerden que cuando ustedes y yo hayamos sido verdaderamente edificados por Dios, Cristo entonces podrá hacer Su hogar en nosotros. Les ruego que consideren lo siguiente: ¿ha hecho Cristo Su hogar en la iglesia en su localidad de manera práctica? O, ¿le ha cerrado usted la puerta y ahora Él está afuera llamando a la puerta? En Apocalipsis 3, en la epístola que el Señor dirige a la iglesia en Laodicea, usted puede percibir que el Señor está allí gimiendo. Él dijo: “He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo” (v. 20). Esa puerta no es la puerta de los corazones de individuos, sino la puerta de la iglesia. La condición en Laodicea era una condición en la que no se le permitía al Señor hacer Su hogar allí. Quisiera preguntarles a los servidores y hermanos responsables en las iglesias de las diferentes localidades: “¿La iglesia que está en su localidad le permite a Cristo hacer Su hogar allí o le cierra la puerta, dejándolo afuera?”. Si usted es una persona que tiene muchas opiniones o ideas, debe preguntarse: “Si la iglesia acepta mi idea, ¿el resultado de ello será que Cristo podrá hacer Su hogar allí, o que Él quedará fuera de la iglesia?”. Ésta es una pregunta que reviste gran seriedad.

Esto no tiene que ver en absoluto con el hecho de si el punto de vista de usted es correcto o equivocado, si es bueno o malo; más bien, se trata de si su idea edifica la iglesia de Dios o la derriba. También es un asunto de si esto permite que Cristo haga Su hogar entre nosotros o si lo deja afuera de la iglesia. Todos los que estamos al cuidado de la iglesia, todos los que servimos a la iglesia e incluso todos los hermanos y hermanas, debemos tener mucho cuidado al respecto.

Espero que verdaderamente le permitamos a Cristo hacer Su hogar entre nosotros en todas las cosas. De este modo, seremos llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios (Ef. 3:19b). Ser llenos de Dios es algo que depende de que Cristo haga Su hogar en nosotros, y el que Cristo haga Su hogar en nosotros depende de que nosotros experimentemos la obra edificadora de Dios. Cuanto más somos edificados, más le permitimos a Cristo hacer Su hogar; y cuanto más Cristo hace Su hogar, más llenos somos hasta la medida de la plenitud de Dios. Estos asuntos guardan una proporción directa. Cuando el elemento de Dios aumenta, usted crece; y cuanto más crece, más es edificado. Luego, cuanto más usted es edificado, más logra Cristo hacer Su hogar en usted; y cuanto más Cristo hace Su hogar en usted, más lleno es usted de los elementos de Dios hasta alcanzar la medida de toda la plenitud de Dios. Una iglesia que ha sido edificada y que posee la medida de la estatura de la plenitud de Cristo puede ser llena de Dios para expresar Su gloria y derrotar a Su enemigo, lo cual logra la meta eterna de Dios y cumple Su propósito eterno.

(Obra de edificación que Dios realiza, capítulo 4, por Witness Lee)