Obra de edificación que Dios realiza, por Witness Lee

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LAS ESCRITURAS REVELAN LA OBRA CREADORA DE DIOS ASÍ COMO LA OBRA EDIFICADORA DE DIOS

En este libro hablaremos acerca del edificio de Dios de una manera muy específica. Fácilmente se puede ver la creación de Dios al leer las Santas Escrituras. Sin embargo, las Escrituras no sólo revelan la obra creadora de Dios, sino también Su obra edificadora. En toda la Biblia únicamente el primer capítulo y medio de Génesis nos habla acerca de la creación de Dios. A partir de la segunda mitad del capítulo 2 hasta el final del libro de Apocalipsis, la Biblia nos habla acerca de otro aspecto de la obra de Dios, a saber, Su obra de edificación.

Hermanos y hermanas, espero que presten atención a estas dos cosas: la obra creadora de Dios y Su obra edificadora. Cuando leen la Biblia, ustedes ven al comienzo la obra de creación de Dios; pero al final de Apocalipsis, cuando terminan de leerlo, lo que ven es el edificio de Dios. Al comienzo de las Escrituras se nos dice que “fueron [...] acabados los cielos y la tierra y todos sus ejércitos” (Gn. 2:1). Ésta fue la creación que Dios realizó. Luego, al final de la Biblia vemos que hay una ciudad que desciende del cielo, adornada de toda piedra preciosa (Ap. 21:2, 19a). Esta ciudad es el edificio de Dios. En Génesis 2 vemos un huerto, en medio del cual está el árbol de la vida (vs. 8-9). Este huerto es un huerto de flores, lleno de plantas. Todos sabemos que cuando vemos un huerto no nos viene de inmediato a la mente el pensamiento de un edificio. Un huerto principalmente nos muestra las cosas creadas de la naturaleza, tales como las flores, la hierba y los árboles. Al ver un huerto, diríamos: “¡Oh, cuán hermosas son las flores y los árboles que Dios creó!”. Todo el paisaje que vemos en un huerto nos permite llevarnos una impresión de la creación de Dios. Sin embargo, cuando llegamos al final de Apocalipsis, vemos que el árbol de la vida ya no está dentro de un huerto; más bien, el huerto se ha convertido en una ciudad. Ya no vemos un paisaje natural compuesto de flores, hierba y plantas, sino un edificio que ha sido construido con piedras preciosas.

Por lo tanto, el cuadro que vemos al comienzo de la Biblia es muy diferente del que vemos al final de la misma. Al comienzo vemos un paisaje de la creación mientras que al final vemos un paisaje del edificio. Al comienzo tenemos un huerto natural, mientras que al final tenemos una ciudad edificada. Al comienzo todo exhibe la belleza de la creación, mientras que al final todo muestra la gloria de la edificación. Hermanos y hermanas, no sé si ustedes han visto estos dos cuadros diversos. Un cuadro es el de un huerto natural y hermoso producido mediante la creación, mientras que el otro es el de una ciudad gloriosa producida mediante la obra de edificación. Con uno no podemos ver ninguna clase de edificación; lo único que vemos es la creación. Con el otro vemos que en el universo creado existe un edificio que manifiesta la gloria de Dios. Por lo tanto, las Escrituras revelan que la obra de Dios no sólo comprende la obra creadora, sino, más aún, la obra edificadora. Además, vemos que la obra creadora de Dios ocupa sólo un poco más de un capítulo de la Biblia, mientras que la obra de edificación que Dios realiza ocupa el resto de las Escrituras. Esto nos permite ver que la edificación que Dios realiza es un tema de crucial importancia en la Biblia. Por consiguiente, ver sólo la creación de Dios sencillamente no es suficiente.

(Obra de edificación que Dios realiza, capítulo 1, por Witness Lee)