SIN EL CRECIMIENTO EN VIDA
NO HAY EDIFICACIÓN
Hermanos y hermanas, este principio es muy práctico. Hoy en día muchos en la iglesia no han sido suficientemente edificados porque no han crecido lo suficiente en vida. Son demasiados los cristianos que carecen del debido crecimiento en vida. A menudo nos encontramos con hermanos y hermanas que, a pesar de tener la vida de Dios en su interior, no han crecido. A veces cuando nos encontramos con tales hermanos, aun nos preguntamos si verdaderamente son salvos. Sin embargo, ellos sí han sido salvos, pues confesaron que eran pecadores y recibieron al Señor Jesús como su Salvador. Ciertamente sus pecados fueron perdonados y poseen la vida de Dios en su interior. No obstante, no hay crecimiento, no hay progreso. Es por eso que hoy siguen siendo los mismos de hace cinco años. A veces decimos que alguien es un “niño viejo”. ¿Qué es un “niño viejo”? Un niño de apenas un año no es un “niño viejo”; pero si después de diez años todavía parece un niño de un año, entonces es un “niño viejo”. Y si después de veinte años sigue siendo igual de pequeño, entonces con mayor razón es un “niño viejo”. Entre los hermanos y hermanas hay demasiados cristianos que son como “niños viejos”. A veces vemos un creyente que parece un recién convertido; pero cuando conversamos un poco con él, nos llevamos la sorpresa de que tiene veinte años de ser salvo. Él es tan inmaduro así como era veinte años atrás. Tal cristiano es un “niño viejo”.
Una cosa es segura: los cristianos que no han crecido no han sido edificados jamás. Cuando usted conoció a tal hermano hace veinte años, él culpaba a su hermano diciendo que estaba equivocado o criticaba a una hermana diciendo que era inapropiada. Hoy, veinte años después, cuando usted lo ve de nuevo, parece que no tiene otro tema de que hablar, salvo los errores y defectos de los demás. Esto demuestra que no ha crecido ni una pizca. Como resultado, no podemos ver ninguna edificación en él. Una persona que no ha crecido ni ha sido edificada es sin duda alguna un miembro peculiar en la iglesia. Uno percibe que él no es una piedra edificada en la casa, sino una piedra que yace junto a la casa. Él es individualista, solitario e incapaz de ser uno con otros. Por lo tanto, es un miembro que está desconectado del Cuerpo de Cristo. Además, en la iglesia él es tan redondo, brillante y resbaloso como una canica y, por tanto, no puede compenetrarse con los demás. Yo ciertamente he conocido hermanos y hermanas que son así.
Esta condición se debe a la falta de crecimiento. La experiencia nos muestra que mientras usted experimente un poquito de crecimiento en vida, podrá amar a los hermanos y hermanas y sobrellevarlos. En ese caso, usted podrá estar con otros en la iglesia. Pero si en su opinión, ninguno de los hermanos es bueno ni encantador, esto demuestra que carece del elemento de Dios en usted y que está escaso de crecimiento en vida. También demuestra que no ha estado comiendo, bebiendo ni disfrutando a Dios por largo tiempo.
(Obra de edificación que Dios realiza, capítulo 3, por Witness Lee)