Tener comunión con el Señor para la mezcla de Dios con el hombre, por Witness Lee

CONOCER A DIOS Y EL ESPÍRITU

La comunión del Espíritu es la comunión con Dios

Volver nuestra mente a nuestro espíritu es volver nuestro ser a Dios, porque Él está en nuestro espíritu. Por lo tanto, la comunión de nuestra vida espiritual es la comunión de Dios. Dios no sólo está en el Espíritu; Él es el Espíritu. Asimismo Él es la vida. Según Su persona, Dios es Espíritu, y según Su contenido, Él es vida. Cada vez que contactamos la comunión de vida o la comunión del Espíritu, contactamos la comunión de Dios; es decir, tocamos a Dios.

Podemos usar la electricidad como ejemplo. Cuando contactamos una corriente eléctrica, tocamos la electricidad. La electricidad puede ser tocada únicamente a través de su corriente. Siempre que hay una corriente eléctrica, hay electricidad. De manera semejante, si tenemos la comunión de Dios, Dios está presente; y si no tenemos la comunión de Dios, Dios no está presente. Podemos contactar a Dios de manera práctica únicamente cuando estamos en comunión. En la comunión de Dios tocamos al Espíritu y la vida divina.

Dios puede tener una relación con nosotros porque Él es el Espíritu y también la vida. Génesis 6:3 dice: “No contenderá Mi Espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne”. Estas palabras revelan claramente que el deseo de Dios de tener una relación con el hombre tiene que ver con el Espíritu. A fin de tener una profunda relación con el hombre, Dios debe entrar en él. Cuando Dios entra en el hombre, Él no es solamente el Espíritu como una persona, sino también la vida, que es el contenido de Dios. Cuando Dios entra en nosotros, tenemos a Su Espíritu como a una persona en nosotros, y tenemos vida como contenido de Dios. En cuanto a Su persona, Dios está en nosotros como Espíritu; y en cuanto a Su contenido, Dios está en nosotros como vida. El hecho de que Dios sea el Espíritu se refiere a Su persona y naturaleza, y el hecho de que sea vida se refiere a Su contenido. Por lo tanto, la comunión del Espíritu es la comunión de vida, y esto también es la comunión de Dios. El fluir divino en nosotros es el Espíritu y también la vida. Este fluir es mutuo; por consiguiente, es llamado comunión. Este fluir mutuo, esta comunión, está en nuestro espíritu.

(Tener comunión con el Señor para la mezcla de Dios con el hombre, capítulo 4, por Witness Lee)