Tener comunión con el Señor para la mezcla de Dios con el hombre, por Witness Lee

LA COMUNIÓN NOS CAPACITA PARA RECIBIR LA VIDA Y LA NATURALEZA DIVINAS

La Biblia dice que Dios es Espíritu (Jn. 4:24) y también se refiere al Espíritu como Dios (Hch. 5:3-4). Además, la Biblia afirma que Dios es vida (Jn. 5:26; 11:25; 14:6). Dios, el Espíritu y la vida son uno solo. La naturaleza de Dios es Espíritu, y la vida es Su contenido. Por lo tanto, es igualmente correcto afirmar que Dios está en nosotros, que el Espíritu está en nosotros y que la vida de Dios está en nosotros. Afirmar que Dios está en nosotros se refiere a Él como persona; afirmar que el Espíritu está en nosotros significa que Él es un ser espiritual, no físico; y afirmar que la vida de Dios está en nosotros significa que el contenido de la Deidad está en nosotros. Nuestra comunión se lleva a cabo en Dios, en el Espíritu y en vida. La comunión es el medio por el cual nos mezclamos con Dios y llegamos a ser un solo fluir con Él. La comunión nos hace espirituales, y por medio de la comunión se forja en nuestra constitución el contenido de Dios. Por medio de la comunión nos mezclamos con Dios y ganamos más de Su naturaleza y de Su vida.

La comunión es el fluir mutuo de Dios y el hombre, en el cual Dios y el hombre se mezclan como una sola entidad. Esto es como añadir azúcar al agua para producir agua azucarada. Es erróneo afirmar que cuando el azúcar desaparece, solamente el agua queda; en vez de ello, debemos decir que el agua está en el azúcar y que el azúcar está en el agua. De manera semejante, en la mezcla de Dios con el hombre, el hombre no es anulado; al contrario, Dios se mezcla con el hombre, y el hombre se mezcla con Dios. Los dos, Dios y el hombre, llegan a ser uno solo.

Dios se mezcla con el hombre debido a que Él es el Espíritu y también la vida. Dios mezcla Su naturaleza, que es Espíritu, con cada parte de nuestro ser, y también mezcla Su contenido, que es la vida, con cada parte de nuestro ser. Antes de que se mezclara con nuestra mente, nuestra parte emotiva y nuestra voluntad, nosotros no poseíamos Su naturaleza ni Su contenido. Pero por medio de la comunión, Él mezcla Su naturaleza y Su vida con nuestra mente, parte emotiva y voluntad. Entonces la naturaleza de nuestros pensamientos llegará a ser espiritual y su contenido será la vida; la naturaleza de nuestra parte emotiva será también espiritual y su contenido será la vida; y, asimismo, la naturaleza de nuestras decisiones será espiritual y su contenido será la vida. De este modo, los demás percibirán el sabor de Dios en nuestra mente, parte emotiva y voluntad, porque nosotros estamos mezclados con Su naturaleza espiritual y con Su contenido de vida.

(Tener comunión con el Señor para la mezcla de Dios con el hombre, capítulo 3, por Witness Lee)