V. CRISTO, COMO DESCENDENCIA DE DAVID,
FUE ENGENDRADO POR MEDIO DE SU RESURRECCIÓN
PARA SER EL PRÍNCIPE (EL REY)
A FIN DE QUE TOMEMOS PARTE EN SU REINADO
Cristo, como descendencia de David, el rey ungido por Dios, fue engendrado por medio de Su resurrección para ser el Príncipe (el Rey) en Su humanidad a fin de que tomemos parte en Su reinado para la administración de Dios (Lc. 1:31-32; Hch. 13:33-34; 5:30b-31a; 2 Ti. 2:12a; Ap. 20:4, 6). Si leemos Hechos 13:33 y recibimos luz del Señor, podemos ver claramente que la resurrección fue un nacimiento para Cristo. Él era el Hijo unigénito de Dios (Jn. 3:16), pero en resurrección nació para ser el Hijo primogénito de Dios (Ro. 8:29; He. 1:5-6).
Cuando Cristo como descendencia de David llegó a ser el Hijo primogénito en resurrección, Él llegó a ser las misericordias firmes de Dios (Hch. 13:33-34; véase la nota 1, v. 34). También llegó a ser el Príncipe, es decir, el Rey, en Su humanidad para que nosotros tomemos parte en Su reinado para la administración de Dios (5:30b-31a; véase la nota 2, v. 31). Esto es el cumplimiento del segundo elemento de la intención positiva de la economía de Dios, la cual consiste en darle al hombre el dominio de Dios para que represente a Dios en Su administración.
(Línea central de la revelación divina, La, capítulo 9, por Witness Lee)