CRISTO TIENE LA FORMA DEL SER DE DIOS
El hombre fue creado conforme a la semejanza del Dios Triuno. La semejanza de Dios es la forma del ser de Dios (Fil. 2:6), la expresión de la esencia y naturaleza de la persona de Dios (He. 1:3). Anteriormente, yo pensaba que la semejanza se refería a la expresión exterior de Dios, y decía a la gente que en el Antiguo Testamento, antes de Su encarnación, Dios ya tenía la semejanza del hombre. Pero este modo de entender no es el correcto. La semejanza es la forma del ser de Dios, la cual es la expresión de la esencia y naturaleza de Dios. Así que, la semejanza es muy parecida a la imagen.
En Filipenses 2:5-8 se usan las palabras forma, semejante y porte exterior. Estos versículos dicen: “...Cristo Jesús, el cual, existiendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a Sí mismo, tomando forma de esclavo, haciéndose semejante a los hombres; y hallado en Su porte exterior como hombre...”. Antes de Su encarnación, Cristo existió en la forma de Dios, pero cuando se encarnó, externamente se despojó de la forma divina y tomó forma de esclavo. La forma de Dios que se menciona en estos versículos es la expresión, no el porte exterior, del ser de Dios (He. 1:3). Esta forma está identificada con la esencia y naturaleza de la persona de Dios y, por eso, las expresa. Esto se refiere a la deidad de Cristo.
La forma de Dios (Fil. 2:6) implica la realidad interna de la deidad de Cristo; la frase semejante a los hombres (v. 7) denota la apariencia externa de Su humanidad. Él se presentó a los hombres como un hombre exteriormente, pero interiormente como Dios tenía la realidad de la deidad. En el versículo 8, la expresión porte exterior se refiere a la apariencia exterior, la semblanza. Esto es una repetición específica de la noción de semejanza hallada en el versículo 7. La apariencia de Cristo en Su humanidad, lo que los hombres veían, era Su porte exterior de hombre.
Hebreos 1:3 dice que Cristo es el resplandor de la gloria de Dios y la impronta de la sustancia de Dios. El resplandor de la gloria de Dios es semejante al resplandor o brillo de la luz del sol. El Hijo es el resplandor, el brillo, de la gloria del Padre. Esto se refiere a la gloria de Dios. La impronta de la sustancia de Dios es semejante a la impresión de un sello. El Hijo es la expresión de lo que Dios el Padre es. Esto se refiere a la sustancia de Dios. Si tengo un sello que tiene grabado mi nombre y tengo también la tinta, cuando pongo el sello en una hoja de papel, se deja una impresión en el papel. Dios mismo es el sello, y Cristo es la impresión, la expresión, del sello.
El hombre fue creado a la imagen de Dios y conforme a Su semejanza. Dios creó al hombre de esta manera como preparación para impartirse Él mismo en el hombre con miras al cumplimiento de Su economía divina, Su plan divino. El hombre fue creado a la imagen y semejanza de Dios para que pueda expresar a Dios. El hombre es una foto de Dios. Se toma una foto de alguien con miras a tener una expresión. Del mismo modo, el hombre fue creado para expresar a Dios.
(Línea central de la revelación divina, La, capítulo 6, por Witness Lee)