Línea central de la revelación divina, La, por Witness Lee

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CRISTO COMO LA IMPARTICIÓN TRIPLE

Cristo es la simiente de la mujer, la descendencia de Abraham y la descendencia de David y, como tal, es una descendencia triple y también es una impartición triple. Dios prometió que la simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente. Éste es el primer aspecto del impartir de Dios.

La promesa que Dios dio a Abraham de que su descendencia sería bendición a todas las naciones era el segundo aspecto de Su impartición. Esta bendición a todas las naciones es el Espíritu. La descendencia de Abraham es Cristo, el postrer Adán (1 Co. 15:45). Este postrer Adán, el Dios-hombre, finalmente se hizo el Espíritu vivificante. Un hombre que fue la descendencia de Abraham llegó a ser Espíritu, el Espíritu vivificante (v. 45). Juan 1:14 revela que la Palabra se hizo carne. Luego, según 1 Corintios 15:45, Cristo, el postrer Adán, se hizo Espíritu vivificante. La primera vez que vemos que Cristo llegó a ser algo fue cuando llegó a ser hombre para introducir lo divino en lo humano. La segunda vez fue cuando Cristo, en calidad del postrer Adán, se hizo el Espíritu para dar vida. A fin de poder impartir a Dios en el hombre, el hombre Jesús tenía que morir y ser resucitado para llegar a ser Espíritu vivificante. ¡Cuán maravilloso es esto!

Cristo como descendencia de David fue engendrado por medio de Su resurrección para ser el Hijo primogénito de Dios y las misericordias firmes de Dios mostradas a David (Hch. 13:33-34). Éste es el tercer aspecto de Su impartición.

(Línea central de la revelación divina, La, capítulo 9, por Witness Lee)