Significado del candelero de oro, El, por Witness Lee

DONDE ESTE LA IGLESIA, ALLI ESTA EL CANDELERO

Apocalipsis 1 dice que Juan, estando en el espíritu, oyó una gran voz que decía: “Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias: a Efeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea” (v. 11). Después de escuchar la voz, Juan dijo: “Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre” (vs. 12-13). Quisiera hacerles una pregunta difícil: ¿Están los siete candeleros en el cielo o en la tierra? A lo largo de la historia los maestros de la Biblia han tenido opiniones divididas al respecto: unos afirman que los candeleros están en los cielos, mientras que otros aseguran que dichos candeleros están en la tierra. Ambos grupos tienen sus razones y argumentos. Sin embargo, los siete candeleros no están ni en los cielos ni en la tierra, pues están dondequiera que la iglesia esté. Con respecto a la iglesia no hay diferencia entre el cielo y la tierra. Antes de que fuéramos salvos, había una diferencia entre los cielos y la tierra, pero desde que fuimos salvos, ya no importan ni los cielos ni la tierra. Quizás esto les parezca raro, pero es la realidad. Para aquellos que realmente viven en la iglesia, no hay diferencia entre los cielos y la tierra.

Dondequiera que esté la iglesia, allí está la morada de Dios. Además, dondequiera que esté la iglesia, allí están el candelero y el tabernáculo. La iglesia es el tabernáculo y el candelero y, como tal, no es asunto de un lugar. Por lo tanto, al leer Apocalipsis 1 no debemos perder el tiempo estudiando si los siete candeleros de oro están en el cielo o en la tierra. Estos siete candeleros de oro son las iglesias. Así que, donde esté la iglesia, allí estarán el Señor Jesús, la morada de Dios, el candelero y el Lugar Santo. Por una parte, la iglesia no está en los cielos ni en la tierra, pero por otra, sí lo está. La iglesia puede estar en todo lugar. No es una cuestión de los cielos ni de la tierra, sino de la iglesia. Por ejemplo, a todos nos gusta el salón de reunión recién construido en la calle Jen-Ai, pero ese local no es la iglesia; más bien, nosotros somos la iglesia. Si nosotros no estamos en el salón de reunión en la calle Jen-Ai, allí no habrá luz ni candelero; allí habrá sólo un edificio hecho de cemento armado, pero no estará presente el tabernáculo. No obstante, si nosotros estamos allí, también estarán presentes el tabernáculo, el candelero y la morada de Dios. Si pudiésemos flotar en el aire, entonces el candelero y la morada de Dios también flotarían en el aire. Este no es un asunto de los cielos ni de la tierra, sino de la iglesia. Donde esté la iglesia, allí estará la morada de Dios.

(Significado del candelero de oro, El, capítulo 4, por Witness Lee)