Significado del candelero de oro, El, por Witness Lee

EL PROCESO PARA LLEGAR A SER LA PIEDRA CIMERA: LA MUERTE Y LA RESURRECCION

Una piedra pasa por un largo proceso antes de ser usada como piedra cimera; este proceso implica la muerte y la resurrección. En Mateo 21:42, el Señor Jesús dijo a los judíos que la piedra que ellos rechazaron había sido hecha por Dios la cabeza del ángulo. Y en Hechos 4:10-12, después de la resurrección del Señor, Pedro predicó el evangelio a los judíos diciéndoles que debían saber que Jesucristo, el Nazareno a quien ellos habían crucificado, había sido resucitado de entre los muertos, y que la piedra que los edificadores menospreciaron había sido hecha por Dios la cabeza del ángulo.

Mientras el Señor Jesús estuvo sobre la tierra, antes de que se le diera muerte, El fue perseguido y rechazado por los judíos. En aquel tiempo El era una piedra que no había resucitado, es decir, era una piedra que no había pasado por el proceso de la resurrección; por eso, las personas no podían ver mucha gloria sobre El y sólo veían una pequeña piedra de Nazaret. Los judíos despreciaron esta piedra y no la honraron, pues la consideraron simplemente una pequeña piedra galilea de Nazaret. Por lo tanto, la desecharon e incluso la sepultaron en una tumba. Después de dicho rechazo, Dios sacó a esta piedra del sepulcro. Antes de Su crucifixión, Jesús era un pequeño Nazareno. Al respecto, la Biblia dice: “...no tiene aspecto hermoso ni majestad para que le miremos, ni apariencia para que le deseemos” (Is. 53:2b, Biblia de las Américas). Sin embargo, después de haber sido resucitado de entre los muertos, El llegó a ser el glorioso Hijo del Hombre; esto significa que después de Su muerte y Su resurrección, El llegó a ser la primera piedra en resurrección. Cuando fue rechazado, El era una pequeña piedra de Nazaret; pero después de resucitar de entre los muertos, fue transformado a una condición semejante a la de Su transfiguración sobre el monte, en la cual todo Su ser fue transfigurado, Su rostro brillaba como el sol, y Sus vestiduras eran blancas como la luz. Allí ya no se parecía a un Nazareno, quien carecía de hermosura y majestad. Cuando el Señor fue transfigurado sobre aquel monte, Pedro dijo: “Bueno es que nosotros estemos aquí” (Mt. 17:4). Aquella transfiguración era una miniatura de la resurrección del Señor. La resurrección del Señor Jesús de entre los muertos transfiguró todo Su ser. En otras palabras, aquella pequeña piedra de Nazaret llegó a ser una piedra preciosa, extraordinariamente gloriosa y resplandeciente.

(Significado del candelero de oro, El, capítulo 3, por Witness Lee)