Estudio-vida de Apocalipsis, por Witness Lee

II. EL ASPECTO VISIBLE

A. Visto por todas las tribus de la tierra

Como hemos visto, en el aspecto secreto de la segunda venida de Cristo, El regresará como un ladrón. Pero en el aspecto visible, vendrá con poder y gran gloria, y todas las tribus de la tierra lo verán (1:7; Mt. 24:27, 30). Apocalipsis 1:7 dice: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por El. Sí, amén”. El Señor aparecerá como un relámpago que alumbra desde el oriente hasta el occidente. Qué diferencia entre esto y Su venida secreta como ladrón. Apocalipsis 1:7 menciona “todas las tribus de la tierra”. Después de mucho estudio, he concluido que en este versículo la palabra griega debe de referirse a la Tierra Santa, y no a todo el mundo. En otros versículos puede tener el sentido de toda la tierra, pero aquí debe de referirse a la Tierra Santa. Todas las tribus de la Tierra Santa lo verán. La base para esto está en Zacarías 12:10-14, donde dice que mirarán a aquel a quien traspasaron y que la tierra lamentará por El. Las tribus mencionadas en 1:7 son las tribus de los que lo traspasaron. Apocalipsis 1:7 indudablemente es una referencia a Zacarías 12. De acuerdo con el contenido de Zacarías 12, las tribus no son los linajes de todas las naciones de la tierra, sino las doce tribus de la Tierra Santa. Basándonos en esto, podemos decir que las tribus mencionadas en 1:7 son las doce tribus de la Tierra Santa. Cuando el Señor aparezca como relámpago con poder y gloria será visto por todos en la Tierra Santa, es decir, las doce tribus lo contemplarán a El y se lamentarán.

B. La hora: al final de la gran tribulación

El día y la hora de la segunda venida de Cristo en el aspecto secreto no se conoce (Mt. 24:36), mientras que el tiempo de Su venida en el segundo aspecto es claramente revelado. Ocurrirá al sonar la última trompeta (la séptima trompeta), al final de la gran tribulación (18:1; Mt. 24:15, 21, 27; 1 Ts. 4:16; 1 Co. 15:52; 2 Ts. 2:1-4, 8). Mateo 24:15 dice: “Por tanto, cuando veáis la abominación desoladora, anunciada por medio del profeta Daniel erigida en el lugar santo”. La “abominación desoladora” es un ídolo, la imagen del anticristo. De acuerdo con Daniel 9:27, el anticristo hará un convenio con la nación de Israel que durará siete años. A la mitad de los siete años, él anulará el convenio y comenzará a perseguir a los judíos. El anticristo estará absolutamente en contra de Dios; se proclamará a sí mismo Dios; erigirá una imagen de sí en el templo, y obligará a la gente a adorarla. Ante Dios, esto será la abominación que causará gran destrucción y se producirá a la mitad de la última semana de las setenta mencionadas en Daniel 9. En dicho capítulo, una semana equivale a siete años. En Mateo 24:15 el Señor Jesús indica que los creyentes judíos verán esto. Según lo revela Mateo 24:21, esto marcará el comienzo de la gran tribulación: “Habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás”. Por consiguiente, la gran tribulación comenzará cuando el anticristo erija su imagen en el templo y obligue a la gente a adorarla. En estos versículos podemos ver que la venida visible del Señor no sucederá antes de la gran tribulación, sino cierto tiempo después de que comience. De acuerdo con los versículos de Apocalipsis, ocurrirá casi al final de la gran tribulación. Según el Nuevo Testamento, el Señor Jesús dejará Su trono en los cielos y descenderá a los aires antes de la gran tribulación. Desde allí, casi al final de la gran tribulación, descenderá visiblemente a la tierra.

Cuando Cristo venga visiblemente desde los aires a la tierra, el anticristo estará procurando exterminar la nación de Israel. El anticristo concentrará su ejército en un lugar llamado Armagedón con esa finalidad (16:16). Esto sucederá de acuerdo con el propósito de Dios, puesto que el plan de Dios es reunir a todos los ejércitos terrenales en Armagedón para destruirlos a todos al mismo tiempo y liberar a la tierra de ellos. La intención del anticristo será usar su ejército para exterminar la nación de Israel. Israel será rodeado por este ejército y no tendrá salida. Entonces, cuando sea imposible escapar, el Señor aparecerá como el resplandor de un relámpago y asentará Sus pies sobre el monte de los Olivos (Zac. 14:4). Antes de eso, la nación de Israel no creerá en el Señor Jesús, pero la amenaza del ejército del anticristo los obligará a arrepentirse. Cuando el Señor Jesús pose Sus pies sobre el monte de los Olivos, éste se partirá en dos. Esto proveerá una vía de escape para los perseguidos judíos, quienes, entonces, se arrepentirán, se lamentarán, y confesarán el mal que hicieron crucificando al Señor.

Si juntamos estos versículos, veremos que la venida visible del Señor probablemente ocurrirá casi al final de la gran tribulación. Mientras que el templo de Jerusalén no sea construido, el Señor Jesús no podrá venir visiblemente. Aunque tenemos cierta idea sobre el tiempo de Su manifestación, no sabemos cuándo vendrá en secreto. La Biblia dice que nadie lo sabe. Sin embargo, el Nuevo Testamento revela claramente que Cristo no vendrá visiblemente antes de la gran tribulación, es decir, antes de que el anticristo obligue a la gente a adorar su imagen. Pero nosotros no esperamos la manifestación visible del Señor, sino Su venida secreta. Al respecto el Señor es muy sabio, pues sabe que esto hará que velemos.

(Estudio-vida de Apocalipsis, capítulo 5, por Witness Lee)