I. EN SU HUMANIDAD
El versículo 13 dice: “Y en medio de los candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro”. Cristo no solamente es presentado aquí como el Sumo Sacerdote por Su vestidura, sino también como uno “semejante al Hijo del Hombre”. El sigue siendo divino y humano. El como nuestro Sumo Sacerdote cuida de las iglesias en Su humanidad.
A lo largo de los siglos algunos que se denominan cristianos han enseñado que Cristo no es el Hijo de Dios. Incluso hoy, algunos de los que se llaman cristianos no creen que Cristo sea el Hijo de Dios. Negar que Cristo es el Hijo de Dios es una herejía. Tal enseñanza es maligna y proviene del Hades, y nosotros tenemos que mantenernos en contra de ella sin transigir. Por otro lado, algunos cristianos no creen que Cristo siga siendo el Hijo del Hombre. Ellos dicen que Cristo se hizo hombre en la encarnación, pero que al resucitar se despojó de Su humanidad. Algunos de estos cristianos piensan que Cristo es solamente el Hijo de Dios, y que ha dejado de ser el Hijo del Hombre. Durante los últimos quince años he peleado en contra de esta concepto, y algunos se opusieron a mí diciendo que estaba equivocado al enseñar que Cristo continúa siendo el Hijo del Hombre. Algunos cristianos no creen que Cristo es el Hijo del hombre, pero nosotros sí lo creemos. De acuerdo con la Palabra pura, el Señor Jesús sigue siendo tanto el Hijo de Dios como el Hijo del Hombre. No podemos explicar esto adecuadamente debido a que la mente humana es muy limitada. Sin embargo, creemos y aceptamos el hecho de que nuestro Cristo es el Hijo de Dios, es decir, tiene divinidad, y que también es el Hijo del Hombre, es decir, tiene humanidad. En El tenemos la verdadera divinidad y la humanidad apropiada.
Durante los últimos diecinueve siglos, especialmente durante los primeros seis, la cristología fue un tema bastante controvertido entre los cristianos. En cuanto a la persona de Cristo ha habido diferentes opiniones, y los cristianos han peleado entre sí por causa de esas opiniones. Tenemos que hacer a un lado todas esas escuelas teológicas. De acuerdo con la Biblia, creemos que nuestro Cristo es verdaderamente el Hijo de Dios y el Hijo del Hombre. El tiene dos naturalezas, a saber, la divina y la humana.
Cuando Cristo viene a relacionarse con nosotros en las iglesias, lo hace no solamente en Su divinidad, sino también en Su humanidad. Es posible que usted se excuse, pensando que el Señor prevaleció por ser el Hijo de Dios, pero como usted es humano, el Señor tiene que comprenderlo. El Señor como Hijo de Dios es bastante competente, pero usted, un simple hijo de hombre, está en un estado lastimoso, y por ende el Señor no le debe exigir mucho. Pero cuando El viene a usted como Hijo del Hombre, usted no tiene excusa. El también fue un hombre y prevaleció como hombre, no como Hijo de Dios. Usted no puede excusarse. Si usted es derrotado y falla en la vida de iglesia, no se tenga compasión y no diga que tiene excusa por ser un simple ser humano. Los seres humanos son el material adecuado para la vida de iglesia. Por consiguiente, Cristo anda en medio de las iglesias como Hijo del Hombre. En Daniel 3 se nos dice que el Hijo de Dios se paseaba en el fuego, pero en Apocalipsis 1 vemos que es el Hijo del Hombre quien anda en medio de las iglesias. Todos debemos adorarle como el Hijo del Hombre. El es muy maravilloso porque El es tanto humano como divino. Esta es la razón por la cual El conoce el cielo y la tierra, a Dios y al hombre. En El tenemos divinidad y humanidad. En El estamos en los cielos y en la tierra. Hoy el Señor está en los cielos y en la tierra andando en Su humanidad en medio de las iglesias locales.
(
Estudio-vida de Apocalipsis, capítulo 9, por Witness Lee)