Estudio-vida de Apocalipsis, por Witness Lee

III. LA MANERA DE VER LA REVELACION Y DE CONOCER LA MANIFESTACION DE DIOS

A. Separarse para Dios

Para ver la revelación de Dios y para que Su manifestación sea real para nosotros, necesitamos separarnos para Dios. El apóstol Juan estaba completamente separado para Dios en la isla de Patmos (1:9). El también fue conducido a la puerta del cielo (4:1) y a un monte alto y grande (21:10), de esta manera vio la revelación de Dios y conoció la manifestación de Dios. Hoy día muchos cristianos que hablan de la iglesia no ven las iglesias locales; esto se debe principalmente a que no están separados para Dios.

B. Estar en el espíritu humano

En Apocalipsis 1:10 dice: “Yo estaba en el espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta”. El libro de Apocalipsis no solamente hace énfasis en el Espíritu de Dios como el Espíritu siete veces intensificado que lleva a cabo el mover siete veces intensificado de Dios, sino también en nuestro espíritu humano como el órgano con el cual podemos estar conscientes del mover de Dios y responder al mismo. Sólo nuestro espíritu humano puede responder al Espíritu de Dios. El libro de Apocalipsis está compuesto de cuatro revelaciones principales: la visión de las iglesias (caps. 1—3); la visión del destino del mundo (caps. 4—16); la visión de la gran Babilonia (caps. 17—20; y la visión de la Nueva Jerusalén (caps. 21—22). Para recibir estas cuatro visiones, Juan estaba en su espíritu (1:10; 4:2; 17:3; 21:10), como se menciona en Efesios 3:5, para recibir la revelación del misterio de Cristo. Nosotros también necesitamos estar en nuestro espíritu para recibir las visiones de este libro. Esto no es simplemente un asunto de entendimiento intelectual, sino que es una realidad espiritual. En la primera visión de este libro, la visión de las iglesias, Cristo y los mensajeros de las iglesias se revelan como nunca antes, en una forma muy particular. Para entender esto, los creyentes necesitan una visión particular en su espíritu.

El día del Señor en este versículo debe de ser el primer día de la semana, el día de la resurrección del Señor (Jn. 20:1). La iglesia primitiva se reunía este día (Hch. 20:7; 1 Co. 16:2). Fue en este día cuando Juan, estando en el espíritu, tuvo las visiones de la economía de Dios. Para ver la revelación de las iglesias locales, necesitamos volvernos de nuestra mente analítica a nuestro espíritu vidente. Si permanecemos en nuestro intelecto confundimos la visión de las iglesias.

C. Oír la voz del Señor

Si los cristianos solamente entienden la doctrina relacionada con las iglesias locales, es posible que no reciban la visión. Todos los cristianos necesitan oír la voz, las palabras actuales y vivas del Señor. La voz del Señor nos conduce a la visión de las iglesias locales.

D. Volvernos a la voz del Señor

En Apocalipsis 1:12 leemos: “Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro”. Para ver cualquier cosa es necesario tener la posición y ángulo correctos. El apóstol Juan primero oyó la voz (v. 10), y cuando se volvió “para ver la voz”, vio los siete candeleros. El estaba en el lugar correcto, pero también necesitaba el ángulo apropiado para tener la visión en cuanto a las iglesias; por esta razón se volvió. El caso es el mismo hoy con nosotros. Muchos cristianos necesitan ser ajustados en su posición y volverse para poder recibir la visión de las iglesias.

(Estudio-vida de Apocalipsis, capítulo 7, por Witness Lee)