Estudio-vida de Apocalipsis, por Witness Lee

I. EL QUE HABLA

A. El Primero y el Ultimo

Consideremos ahora al que habla a la iglesia en Esmirna. En el versículo 8 el Señor dice: “Y escribe al mensajero de la iglesia en Esmirna: El Primero y el Ultimo, el que estuvo muerto y revivió”. El Señor le dijo a esta iglesia sufrida que El era el Primero y el Ultimo. Esto significa que no importa cuán grandes fueran los sufrimientos por los que El pasó, esos sufrimientos no pudieron terminarlo ni dañarlo. El fue el Primero y también el Ultimo. Al sufrir la iglesia, debe saber que el Señor es el Primero y el Ultimo, que es eterno e inmutable. Cualquiera que sea la circunstancia, El permanece inmutable. Nada puede ser primero que El, ni nada puede existir después de El. Todas las cosas están dentro del límite de Su control.

Cuando el Señor le dijo a la iglesia en Esmirna que El era el Primero y el Ultimo, indicaba con ello que la iglesia tiene que ser victoriosa. La iglesia no debe detenerse ante ningún tipo de sufrimiento. Debe pasar por todos los sufrimientos y llegar al final, porque el Señor, quien es la vida y la Cabeza de la iglesia, es el Primero y el Ultimo.

B. El que estuvo muerto y revivió

En este versículo el Señor también dijo que El “estuvo muerto y revivió”. Revivir significa resucitar. El Señor sufrió la muerte y volvió a vivir. El pasó por la muerte, pero ésta no pudo retenerlo (Hch. 2:24) porque El es la resurrección (Jn. 11:25). La iglesia sufrida también necesita conocerlo a El como resurrección para poder pasar por todo tipo de sufrimiento. No importa cuán severa sea la persecución, la iglesia continuará viviendo, porque la vida de resurrección de Cristo dentro de ella puede soportar la muerte. Cuando mucho el sufrimiento o la persecución sólo pueden matarnos. Después de la muerte que experimentamos por la persecución, viene la resurrección. De manera que es como si el Señor dijese a la iglesia sufrida: “Debes comprender que Yo fui perseguido hasta la muerte. Pero la muerte no fue el fin, fue la entrada a la resurrección. Cuando entré en la muerte, llegué al umbral de la resurrección. No tengas temor de la persecución, ni de la posibilidad de ser muerto. Debes recibir la muerte y estar contento, porque una vez que hayas pasado por la muerte también tú estarás a las puertas de la resurrección. Recuerda, que Yo soy el que estuve muerto y reviví ”. Sólo necesitamos al Señor. Lo que El es corresponde exactamente a nuestras necesidades. Para la iglesia sufrida, el Señor no es solamente el Primero y el principio sino también el Ultimo y el fin. Cuando usted esté pasando por persecución, debe alzar la cabeza y declarar: “Aleluya, voy hacia el fin, hacia el final. Estoy entrando en la resurrección”.

(Estudio-vida de Apocalipsis, capítulo 11, por Witness Lee)