EL MODELO ESTABLECIDO POR PABLO
Pablo es el modelo de una persona que anhelaba cooperar con el Señor y era diligente en hacerlo a fin de cumplir Su deseo de edificar orgánicamente el Cuerpo de Cristo (1 Ti. 1:16; Ef. 3:8). Pablo era esta clase de modelo por la gracia de Dios, no por su propio esfuerzo. Pablo era lo que era por la gracia de Dios, y por Su gracia trabajó más abundantemente que todos los demás apóstoles (1 Co. 15:10). En Efesios 3:8 Pablo dijo que él era menos que el más pequeño de todos los santos. Aunque era un cristiano tan pequeño, con todo, él recibió la gracia, la cual lo convirtió en la persona que era. Si el más pequeño de todos los santos recibió esta gracia, todos nosotros podemos recibir esta misma gracia. Cuando nos ejercitamos somos aptos para recibir la gracia. Debemos orar, arrepentirnos y confesar nuestras faltas, a fin de ejercitarnos. De este modo la gracia vendrá a nosotros, y esta gracia nos hará otra clase de persona. Pablo dijo: “Por la gracia de Dios soy lo que soy”.
Pablo es también el modelo de una persona que se ejercitaba plenamente en el evangelio. Él dijo: “Ay de mí si no predico el evangelio” (1 Co. 9:16). ¿Queremos recibir la bendición o algún tipo de mal? Si queremos recibir la bendición, debemos predicar el evangelio. En Colosenses 1:28-29 él dijo que anunciaba a Cristo, amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo a todo hombre; para esto él trabajaba, luchando según la operación de Cristo, la cual actuaba en él con poder. ¡Qué modelo más maravilloso es Pablo! Él laboraba luchando. Luchar significa contender, esforzarse y pelear. Él luchaba según la operación de Cristo, la cual actuaba en él. La operación de Cristo también actúa en todos nosotros, pero si no nos ejercitamos, la operación cesará. La operación de Cristo en nosotros es como un motor. Cuando activamos el interruptor ejercitándonos, el motor opera. Tenemos que ejercitarnos conforme a esta operación, no según nuestra energía natural, fuerza natural ni capacidad natural. Laboramos y luchamos según el Cristo que opera en nosotros con poder. Este poder es el poder del dínamo divino, el motor divino.
En Hechos 20 Pablo dijo que él les había enseñado a los creyentes públicamente y de casa en casa, amonestando con lágrimas a cada uno de noche y de día (Hch. 20:19-20, 31). Pablo nos dijo que corría, no como a la ventura, y que luchaba en el pugilato, no como quien golpea el aire, sino que golpeaba su cuerpo y lo ponía en servidumbre (1 Co. 9:26-27). Mientras Pablo ponía su cuerpo en servidumbre, hoy la mayoría de las personas son controladas por su cuerpo. Es debido a que el cuerpo es rebelde que tenemos que golpearlo y ponerlo en servidumbre, de modo que sea un esclavo que sirve a nuestro propósito. Pablo se presentó a sí mismo a nosotros como un modelo en este asunto.
(Don sobresliente para edificar la iglesia, El, capítulo 6, por Witness Lee)