Don sobresliente para edificar la iglesia, El, por Witness Lee

EL PERFECCIONAMIENTO DE LOS SANTOS

Efesios 4 nos dice que el Señor dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, y a otros como profetas y maestros. Según nuestra manera de pensar, un apóstol es alguien que establece iglesias con ancianos, un profeta habla por el Señor, un evangelista realiza campañas para predicar el evangelio, y un pastor y maestro es alguien que pastorea y enseña a los santos. Sin embargo, Efesios 4:11-12 dice que estas personas dotadas fueron dadas para el perfeccionamiento de los santos. ¿Cuánto perfeccionamiento ha habido entre nosotros? En Efesios 4 Pablo nos da la enseñanza del perfeccionamiento de los santos, y en Hechos 20 encontramos un relato de cómo él perfeccionó a los santos. Después de haber establecido iglesias y haber nombrado ancianos en cada una de ellas, él regresó para visitarlas y les escribió epístolas. Él estuvo con la iglesia en Éfeso por un periodo de tres años (Hch. 20:31). Durante esos tres años, Pablo dijo que les enseñó públicamente (sin duda, esto se refiere a una reunión grande) y de casa en casa (v. 20). Él amonestó con lágrimas a cada uno de los santos de noche y de día (v. 31). Él dijo que les anunció todo aquello que les pudiera aprovechar (v. 20), es decir, todo el consejo de Dios (v. 27). Sin duda alguna, él les habló mucho acerca de la economía de Dios. No sólo les escribió acerca del Cuerpo de Cristo en el libro de Efesios, sino que además les debió haber enseñado esto a los santos efesios públicamente en reuniones grandes y también en sus casas. La frase de casa en casa significa “conforme a las casas”. Por lo tanto, el hecho de que Pablo enseñara conforme a las casas, significa que él enseñó en todos los hogares de los efesios, amonestando con lágrimas a cada uno de ellos.

Es posible que tanto en el cristianismo como entre nosotros se visite muy poco a las personas, pero ¿qué tanta visión respecto a las cosas de Dios les ha sido impartida a los santos? Yo diría que muy poco. Algunos de nosotros tal vez hayamos recibido un poco de esta visión, pero ¿cuánta obra de perfeccionamiento ha habido entre nosotros? Los colaboradores y los ancianos deben ser sinceros consigo mismos. Es posible que hayamos visitado un poco a los santos, pero la labor de perfeccionarlos ha sido aún más escasa. Tal vez hayamos predicado el evangelio para atraer a las personas, pero no hemos continuado nuestra labor perfeccionando a los santos. El resultado de dicho perfeccionamiento es la edificación del Cuerpo de Cristo (Ef. 4:12) y la función de cada miembro en su medida (v. 16). A todos los queridos hermanos y hermanas les resulta muy difícil hablar, ejercer su función, en una reunión. Sin embargo, Pablo dice que cuando las personas dotadas perfeccionen a los santos, los santos serán perfeccionados, y como resultado, cada miembro ejercerá su función conforme a su medida.

Cada uno de los miembros de nuestro cuerpo físico, por pequeño que sea, tiene una medida. Sin embargo, hoy muchos miembros del Cuerpo de Cristo reconocerían que los pastores ciertamente tienen una medida, mas no reconocerían que ellos mismos tienen una medida. Debemos comprender que puesto que somos miembros del Cuerpo de Cristo, todos tenemos una medida y todos debemos ejercer nuestra función conforme a dicha medida. Si ninguno de los miembros del Cuerpo ejerce su función conforme a su medida, ¿cómo podrá ser edificado el Cuerpo? Cuando los miembros del Cuerpo cumplen su función, el Cuerpo crece. El Cuerpo crece por la función de cada miembro en su medida. Los pies de una persona deben ejercer su función de acuerdo con su medida, a fin de que el cuerpo físico pueda crecer debidamente. Si los pies de una persona no ejercen su función, ella quedará lisiada, lo cual afectará muchísimo el crecimiento de su cuerpo. Para que su cuerpo físico crezca adecuadamente, cada miembro de su cuerpo debe desempeñar su función. Si yo dejara de caminar por tres días, me sentiría enfermo. Pero cuanto más camino, más fuerte me siento. Si una persona de edad avanzada no “ejerce su función” de esta manera, se irá muriendo. Mientras camino, estoy luchando para vivir. Si no me muevo, si no ejerzo mi función, moriré. Muchos cristianos hoy en día no son personas vivientes sino moribundas. Si todos los miembros del Cuerpo están en una condición moribunda, ¿cómo podrá crecer el Cuerpo de modo que sea edificado? No habría ninguna posibilidad.

Todos tenemos que despertarnos. Debemos cambiar nuestro modo de pensar. El cristianismo nos ha dejado profundamente embotados. Hemos sido envenenados y ni siquiera nos percatamos de ello. Nos hallamos en una situación densa, confusa y contaminante. Por lo tanto, tenemos que salir de ella. Muchos cristianos están en una condición moribunda, y ni siquiera se dan cuenta de que se están muriendo. ¡Cuán engañados han sido los cristianos en la tierra! Es por ello que siento una carga tan pesada. Quisiera compartirles algo que los alegre, quisiera “cantarles una melodía”, pero la visión que he recibido no me permite hacerlo. Sólo me permite estudiar más la situación y orar más por ustedes. Todos tenemos que despertar.

Creo que entre nosotros hay un buen número de apóstoles, profetas, evangelistas y pastores y maestros, pero estas personas dotadas no han hecho una labor apropiada. En otras palabras, estas personas dotadas no han realizado la labor de perfeccionar a los santos. Tenemos apóstoles, profetas, evangelistas y pastores y maestros, pero ¿dónde se está llevando a cabo el perfeccionamiento? Entre nosotros ha habido muy poco perfeccionamiento. Por consiguiente, debemos levantarnos para realizar la obra de perfeccionamiento. Debemos aprender de Pablo y visitar a los santos en sus hogares para enseñarles. Muchos de nosotros somos muy ricos, pero no usamos nuestras riquezas para perfeccionar a otros. Miles de santos y nuevos creyentes están esperando que alguien los perfeccione, pero ¿quién se hará cargo de esta tarea?

(Don sobresliente para edificar la iglesia, El, capítulo 3, por Witness Lee)