Estudio-vida de Lucas, por Witness Lee

LAS VIRTUDES HUMANAS Y LOS ATRIBUTOS DIVINOS DEL SALVADOR-HOMBRE

El ministerio del Salvador-Hombre se llevó a cabo en Sus virtudes humanas junto con Sus atributos divinos. Hemos visto que la preparación del Salvador-Hombre se efectuó en Su humanidad con Sus atributos divinos. La concepción, el nacimiento y el crecimiento del Salvador-Hombre fueron llevados a cabo en Su humanidad con Su divinidad. Después de pasar por una preparación completa, empezó a ejercer Su ministerio. Su ministerio, al igual que Su preparación, se efectuó en Su humanidad con Su divinidad. Su ministerio, en particular, no se llevó a cabo solamente en Su humanidad, sino también en Sus virtudes humanas, y no solamente con Su divinidad, sino también con Sus atributos divinos. El Salvador-Hombre ministró en Sus virtudes humanas con Sus atributos divinos.

El caso de una mujer pecadora

Para ayudarnos a entender la expresión “en Sus virtudes humanas con Sus atributos divinos”, usemos como ejemplos unos casos del Evangelio de Lucas. En 7:36-50 una mujer pecadora entró en la casa de un fariseo que había invitado al Señor Jesús a comer con él. Al leer el relato de este caso, vemos que Jesús, el Salvador-Hombre, se condujo en Sus virtudes humanas. No se molestó por la mujer pecadora, aun cuando ella “comenzó a regar con lágrimas Sus pies, y los enjugaba con los cabellos de su cabeza” y cuando “besaba afectuosamente Sus pies, y los ungía con el ungüento” (v. 38). Si hubiéramos sido el Señor Jesús, probablemente nos habríamos molestado por la conducta de esta mujer. Le habríamos dicho: “¿No sabes que soy un invitado en esta casa? ¿No ves que estoy comiendo?” Sin embargo, que uno reaccione de esa manera indica que no está obrando conforme a las virtudes humanas apropiadas. En esta situación, el Salvador-Hombre era muy bondadoso y paciente, pues se dio cuenta de que esta mujer había sido redargüida en cuanto a sus pecados.

El también fue misericordioso. Frecuentemente la gente habla del amor, pero raramente de la misericordia. Sin embargo, la misericordia es más tierna que el amor. Ser misericordioso es compadecerse de los que están en condiciones pobres y bajas.

El Señor Jesús además de tener bondad, paciencia y misericordia de la mujer, también la entendió. A menudo, no entendemos a los demás, pero en el caso de esta mujer el Señor Jesús era muy comprensivo. Además, era sabio y amoroso.

Quizás usted se pregunte cuáles atributos divinos se expresan en 7:36-50. Primero, tenemos el perdón divino (7:47-48). Dios es el único que puede conceder el perdón de pecados. Sólo El está capacitado para perdonar los pecados. Por lo tanto, el perdón es uno de los atributos divinos.

En 7:50 el Señor Jesús le dijo a la mujer: “Tu fe te ha salvado, ve en paz”. Dar la paz es también un atributo divino. Dios es el único que puede dar la paz interior.

En 7:36-50 vemos al Salvador-Hombre que estaba en la casa del fariseo y se conducía en Sus virtudes humanas con Sus atributos divinos. El pudo comportarse de esta manera porque era el Dios-hombre. Podemos decir que El era un hombre equipado por Dios y con Dios. El poseía todas las virtudes humanas creadas por Dios, y también tenía los atributos divinos. Por lo tanto, se condujo en el más alto nivel de moralidad, porque Sus virtudes humanas expresaron Sus atributos divinos.

(Estudio-vida de Lucas, capítulo 11, por Witness Lee)