Cómo disfrutar a Dios y cómo practicar el disfrute de Dios, por Witness Lee

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APRENDER A CONTEMPLAR A DIOS ANTES DE ORAR

Si somos capaces de restringirnos y volvernos al Espíritu de esta manera, no debemos abrir inmediatamente nuestra boca para orar. En el capítulo 5 consideramos diez puntos a los que debemos prestar atención cuando oremos. Después de estar calmados debemos contemplar a Dios. Esto significa que a fin de orar, primero debemos tocar a Dios. Primeramente debemos tocar a Dios antes de poder orar. Esto significa que nuestro espíritu debe tocar el Espíritu de Dios. Cuando estamos ocupados con muchas cosas externas, no nos es posible tocar a Dios. Cuando queramos orar, debemos liberarnos de toda ocupación, detener toda actividad mental y volver todo nuestro ser de las cosas externas a nuestro espíritu. Debemos aprender a ejercitar nuestro espíritu para tocar al Espíritu de Dios. Entonces aprenderemos a contemplar a Dios. Debido a que Dios es Espíritu y mora en nuestro espíritu, no es difícil tocarle. Cuando todo nuestro ser está ocupado, y vivimos en nuestra mente, Dios parece desaparecer. Sin embargo, no es que Él haya desaparecido, sino que nosotros le hemos dado la espalda y ya no lo estamos contemplando. Pero tan pronto como nos liberamos de nuestros pensamientos y nos volvemos de las cosas externas a nuestro espíritu, de inmediato tocamos a Dios. Esto es lo que significa contemplar a Dios, y lo que significa tocar Su presencia en nuestro espíritu. En cuanto tocamos a Dios en nuestro espíritu, nos sentimos sólidos interiormente; sentimos que tenemos la unción y el mover del Espíritu Santo. Es en ese momento que podemos abrir nuestra boca para orar.

(Cómo disfrutar a Dios y cómo practicar el disfrute de Dios, capítulo 19, por Witness Lee)