DIOS ES COMIDA
EN SU RELACIÓN CON EL HOMBRE
Si comprendemos que la relación de Dios con el hombre se basa en el hecho de que Él sea comida para el hombre, esto tendrá un efecto significativo en nuestra lectura de la Biblia. A fin de disfrutar a Dios cuando leemos la Biblia, debemos entender que el camino que Dios ha escogido es el de satisfacer al hombre como alimento. De este modo, Él puede mezclarse completamente con el hombre, y ser la vida y el todo para el hombre. Éste es un asunto muy básico.
Nosotros leemos la Biblia a fin de buscar a Dios, de tal modo que podamos tener una relación apropiada con Él. Nuestra lectura de la Biblia calibra y corrige nuestra relación con Dios. Dios, en Su relación con el hombre, es alimento para él. Por lo tanto, en nuestra relación con Dios, debemos recibirlo como alimento. Hemos dicho esto muchas veces. Hablando con propiedad, Dios no quiere que lo adoremos ni sirvamos. Él no quiere que hagamos nada para Él. El que lo adoremos, sirvamos y hagamos cosas para Él es secundario. Su mayor deseo es ser alimento para nosotros. Él quiere que nosotros seamos llenos de Él en vez de que hagamos algo para Él. Dios desea ser nuestro alimento a fin de saciarnos en lugar de que participemos en alguna labor. Es preciso que entendamos esto. Muchas personas no saben cómo leer la Biblia porque no tienen un entendimiento apropiado de este concepto.
Un hermano puede decir que él lee la Biblia a fin de conocer el deseo de Dios y de andar conforme a Su deseo. Aunque la intención del hermano es buena, y sus palabras sean muy loables, ellas revelan que, según su concepto, Dios está en busca de personas que le agraden. Este concepto representa un problema.
Debemos recordar que el camino de Dios consiste en ser alimento para el hombre. Él no tiene la intención de que el hombre haga nada para Él. Dios nos dio la Biblia para que nosotros le disfrutáramos como alimento. Él no quiere que estemos bajo ninguna clase de precepto. Esperamos que todo hijo de Dios vea claramente este asunto para que pueda decir con denuedo: “Yo leo la Biblia a fin de comer a Dios. Mi necesidad es comer, comer y comer. Tengo hambre y necesito ser alimentado. Dios es mi comida y mi satisfacción. Él se hizo disponible por medio de Su Palabra. Por eso, cuando leo la Palabra, estoy comiendo a Dios”. Cada vez que leemos la Biblia, debemos tener un entendimiento sencillo y definido de que nuestro propósito es comer, beber y disfrutar a Dios, porque Dios es comida.
(Cómo disfrutar a Dios y cómo practicar el disfrute de Dios, capítulo 15, por Witness Lee)