CRISTO: EL ÉNFASIS ES QUE
CRISTO ES LA VIDA DE LOS CREYENTES
Y ESTÁ UNIDO A LOS CREYENTES
Y MEZCLADO CON ELLOS
El segundo elemento crucial de la Biblia es Cristo. Por lo general, el conocimiento inicial que los cristianos tienen en cuanto a Cristo es que Él es el Salvador (Lc. 2:11), Aquel que está lleno de amor y de compasión para salvarlos del infierno. Después de leer un poco de la Biblia, quizás lo conozcan como el Redentor (Mt. 20:28), quien murió y derramó Su sangre en la cruz en rescate por muchos para satisfacer los justos requisitos de Dios (1 P. 1:18-19; Ap. 1:5b). Sin embargo, no es suficiente conocer a Cristo sólo hasta este grado. Además de conocer a Cristo como el Salvador y Redentor, debemos conocerle a un grado más profundo, es decir, conocer que Él es nuestra vida y que también está en nosotros para unirse y mezclarse con nosotros. En Juan 15:5 el Señor Jesús dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en Mí, y Yo en él, éste lleva mucho fruto”. Es un misterio que nosotros permanezcamos en el Señor y Él permanezca en nosotros. Es difícil describir esta unión misteriosa con palabras humanas. Así como permanecemos en el aire, y el aire también permanece en nosotros, hoy en día, debido a que el Señor es el Espíritu, podemos permanecer en el Señor, y el Señor también puede permanecer en nosotros. ¡Qué milagro! ¡Qué misterio! ¡El Señor permanece en nosotros y está unido y mezclado con nosotros! La estrofa 1 de Himnos, #103 dice: “¡Oh, qué milagro, mi Señor, / Que estés en mí y yo en Ti esté! / De hecho somos uno Tú y yo; / ¡Misterio tan excelso es!”.
La Biblia claramente revela que el Dios Triuno no sólo coexiste, sino que también mora en coinherencia: el Hijo está en el Padre, y el Padre está en el Hijo (Jn. 14:10-11). De igual manera, nosotros moramos en coinherencia con el Señor: permanecemos en el Señor, y el Señor permanece en nosotros (v. 20; 17:21). Ésta es la mezcla del Señor con nosotros. Esto no sólo es un asunto de la vida divina, sino que también se efectúa en la vida divina. La unión y mezcla entre nosotros y el Señor puede ocurrir únicamente en nuestro espíritu. Por tanto, el resultado de esta mezcla es que nos unamos al Señor como un solo espíritu (1 Co. 6:17). Necesitamos conocer a Cristo a tal grado. Con el tiempo, Él llega a ser nosotros y nosotros llegamos a ser Él: Él y nosotros somos uno. Él es la Cabeza del Cuerpo, y nosotros los miembros del Cuerpo (1 Co. 12:12-13; Ef. 1:22-23). Después de resucitar, Cristo ascendió a los cielos y se sentó a la diestra de Dios (He. 1:3; 10:12). Más aún, hoy en día Él también es el Espíritu que mora en nosotros. Él es nuestra vida (Col. 3:4a) y nuestra persona, y siempre está unido y mezclado con nosotros. Él también está operando en nosotros para transformarnos hasta que llegue a ser nosotros y nosotros lleguemos a ser Él (2 Co. 3:18). Éste es el Cristo que nos es revelado en la Palabra santa.
(
Cuatro elementos cruciales de la Biblia: Cristo, el Espíritu, la vida y la iglesia, Los, capítulo 1, por Witness Lee)