EL HOMBRE ES UN VASO CREADO
PARA CONTENER A DIOS
La Biblia empieza hablándonos de Dios y el hombre. Génesis 1 dice que después de crear los cielos, la tierra y todas las cosas, Dios creó al hombre en el sexto día. Él creó al hombre de una manera muy particular; lo creó a Su imagen y conforme a Su semejanza. Las palabras imagen y semejanza indican que el hombre no sólo fue creado para ser exactamente igual a Dios, sino también para ser un vaso que le contuviera. Romanos 9 dice claramente que nosotros somos vasos de Dios. No fuimos creados para ser instrumentos de Dios, sino vasos Suyos. Un vaso, un recipiente, no sirve para hacer cosas ni para hacer algún trabajo, sino para contener algo. Podemos usar el guante como ejemplo. Un guante es hecho conforme a la forma y semejanza de la mano. Aun si usted no supiera cómo debe usarse un guante, en cuanto viera uno de inmediato vería claramente que fue hecho para contener su mano. Un guante es hecho exactamente igual a la mano con el propósito de contener la mano. De igual manera, Dios creó al hombre exactamente igual a Él con el propósito de que éste le contuviera.
Génesis 1:26 habla de que Dios creó al hombre, y luego 2:9 habla del árbol de la vida. El primer pasaje nos habla del recipiente, y el último nos habla del contenido. Después de crear al hombre, Dios plantó un huerto en Edén, al oriente, y puso al hombre allí. El árbol de la vida estaba en medio del huerto. Además, había un río que fluía para regar el huerto, y en el río había oro, bedelio y ónice. Podemos comparar el propósito del diseño de Dios en la creación con una mesa servida. Cuando vienen personas invitadas a nuestra casa, primero acomodamos la mesa, luego ponemos una jarra de agua y por último unos vasos. Con una mirada los invitados de inmediato pueden darse cuenta de que los vasos son para contener el agua. Igualmente, el hombre era el “vaso” que Dios había creado, y el árbol de la vida era el “agua”. Cuando Dios puso al hombre frente al árbol de la vida, ello indicaba que Él quería que el hombre, el vaso, le recibiera a Él, la vida. La Biblia empieza hablándonos de este asunto, y a medida que avanza también nos lo recalca.
(Cuatro elementos cruciales de la Biblia: Cristo, el Espíritu, la vida y la iglesia, Los, capítulo 2, por Witness Lee)