DISFRUTANDO HOY EL ARBOL DE LA VIDA
COMO ANTICIPO
En Génesis 2 estaba el árbol de la vida, y en Apocalipsis 22 estará la vid, el árbol de la vida. Por un lado, el árbol de la vida existió en el pasado. Por otro, el árbol de la vida existirá en el futuro. Pero además debemos darnos cuenta de las buenas nuevas de que comer del árbol de la vida es algo para hoy en día. Apocalipsis 2:7 dice: “Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”. El árbol de la vida está disponible en la vida de la iglesia hoy en día. Hay un principio básico en el Nuevo Testamento, el cual es: aquello que disfrutaremos en el futuro, lo debemos disfrutar en esta época, y lo que disfrutemos en esta época será nuestro disfrute en el futuro.
En el Nuevo Testamento existe el principio de tener un anticipo. El anticipo es señal de la plenitud que está por venir. Dios ha preparado el árbol de la vida para nuestro disfrute eterno, pero hoy en día tenemos que disfrutar el árbol de la vida como anticipo. Si no saboreamos el anticipo hoy en día, nunca podremos saborear la plenitud en la época venidera, la época del reino. Indudablemente disfrutaremos el árbol de la vida en la Nueva Jerusalén en el futuro como plenitud del anticipo. Pero hoy en día en la vida de la iglesia podemos disfrutar del árbol de la vida a modo de anticipo. Si no disfrutamos al Señor Jesús hoy como el árbol de la vida a modo de anticipo, nos perderemos el disfrute particular de El como el árbol de la vida en la Nueva Jerusalén en el reino milenario venidero, disfrute que constituye una recompensa para todos los creyentes vencedores.
La frase “el paraíso de Dios” en Apocalipsis 2:7 se refiere a la Nueva Jerusalén, de la cual hoy la iglesia es un anticipo. La vida de la iglesia hoy es una miniatura del paraíso de Dios, la Nueva Jerusalén. La vida de la iglesia es un paraíso pequeño. En este paraíso disfrutamos a Cristo como el árbol de la vida. Sin comer no hay disfrute. Comer del árbol de la vida, es decir, disfrutar a Cristo como nuestro suministro de vida, debe ser lo primordial en la vida de la iglesia. En la cristiandad de hoy se come muy poco y hay muy poco disfrute de Cristo. En el recobro del Señor necesitamos disfrutar a Cristo todos los días. Todo el día necesitamos comer a Jesús y beber de Jesús. Al estar disfrutando el anticipo del árbol de la vida, estamos anhelando experimentar la plenitud venidera. Estamos disfrutándole a El por medio de comerle como el árbol de vida y el pan de vida.
(EconomÃa divina, La, capítulo 4, por Witness Lee)