LA IMAGEN DE DIOS, EL ESPIRITU DEL HOMBRE
Y EL ARBOL DE LA VIDA
Los capítulos uno y dos de Génesis son sin duda un relato de la creación de Dios. Pero como hemos visto, estos dos capítulos no sólo conllevan la idea de la creación de Dios. Después de recibir luz, podemos ver que algo mucho mayor es trasmitido en esta parte de la Palabra. El asunto crucial trasmitido en Génesis 1 y 2 es la economía divina. Es fácil comprender cómo Dios creó los cielos y la tierra, pero no es tan fácil entender por qué Dios creó al hombre a Su propia imagen, por qué creó al hombre con un espíritu humano, y por qué, después de que creó al hombre, lo puso frente al árbol de la vida. Estos son tres puntos cruciales: la imagen de Dios, el espíritu del hombre y el árbol de la vida. Para comprender Génesis 1 y 2 debemos comprender estos puntos maravillosos, cruciales y vitales.
Cuando veamos la economía divina, nos daremos cuenta de que Dios creó al hombre a Su imagen a fin de poder dispensarse a Sí mismo en el hombre. Dios también creó al hombre con un espíritu a fin de poder dispensarse a Sí mismo en el hombre. Finalmente, Dios puso al hombre frente al árbol de la vida a fin de que el hombre pudiera recibirle como vida dentro de su ser. En los primeros veinte años de mi estudio de la Biblia, no vi esto. Para mí, Génesis 1 y 2 eran meramente una historia de la creación. No podía comprender el significado de la imagen de Dios, del espíritu del hombre y del árbol de la vida. Hace cerca de cuarenta años empecé a ver el árbol de la vida, la imagen de Dios y el espíritu del hombre. Después de haber visto todos estos asuntos en Génesis 1 y 2, estaba un poco fuera de mí. Es necesario que comprendamos que tenemos la imagen de Dios. Nos parecemos a Dios. También tenemos un espíritu para recibir a Dios como nuestra vida. Todo esto es para la economía de Dios de dispensarse a Sí mismo en nosotros. Este es el pensamiento principal en Génesis 1 y 2.
(EconomÃa divina, La, capítulo 3, por Witness Lee)