EL ESPIRITU DE VIDA Y EL ESPIRITU DE PODER
Espero que podamos ver claramente la diferencia entre el Espíritu de vida y el Espíritu de poder. El Nuevo Testamento compara el Espíritu de vida al aliento (Jn. 20:22) y al hecho de beber agua (1 Co. 12:13; Jn. 7:38-39). El Espíritu de poder es comparado al viento (Hch. 2:2) y a la vestidura (Lc. 24:49). En lo que al Espíritu de vida se refiere, necesitamos respirarlo como nuestro aliento y también beberlo como nuestra agua viva; en lo que al Espíritu de poder se refiere, necesitamos vestirnos de El como nuestro uniforme, tipificado por el manto de Elías (2 R. 2:9, 13-15). El morar interior del Espíritu de vida tiene que ver con el aspecto esencial y es para nuestra vida y nuestro vivir; el derramamiento del Espíritu de poder tiene que ver con el aspecto económico y es para nuestro ministerio y obra.
Recibimos el aliento para nuestro vivir, pero el viento recio como poder es para que llevemos a cabo nuestra obra. Beber agua también es para nuestro vivir, pero la vestidura es para la apariencia exterior. Recibir y beber es lo más crucial para mantener nuestra vida física, y el caso es precisamente el mismo con nuestra vida espiritual. Necesitamos el aliento espiritual y la bebida espiritual para que tengamos vida y para que vivamos. El viento recio y la vestidura son para que nos movamos, actuemos, es decir, para que hagamos algo. Necesitamos el poder y la apariencia externa, es decir, el uniforme.
En el día de la resurrección, el Espíritu de vida fue soplado dentro de los discípulos. Ellos recibieron el aliento y comenzaron a beber del agua viva, pero aún así necesitaban el poder, es decir, el uniforme. Cincuenta días después, en el día de Pentecostés, ellos fueron revestidos de poder desde lo alto. Ese poder llegó a ser lo que llevaban por fuera, su uniforme exterior. La Cabeza de la iglesia bautizó en un solo Espíritu a todos Sus creyentes en un Cuerpo (1 Co. 12:13).
(EconomÃa divina, La, capítulo 13, por Witness Lee)