LA IGLESIA: EL PRODUCTO
DE LA RESURRECCION DE CRISTO
Efesios 1:19-23 nos dice que cuando Cristo fue resucitado, el poder que lo levantó era supereminente en gran manera. Ese poder sobrepasa todo. Sobrepasa a la tumba, al Hades y a la muerte. Tal poder grande y supereminente lo exaltó a los cielos, sometió todas las cosas bajo Sus pies, y lo dio por Cabeza sobre todas las cosas a fin de producir la iglesia. De esta manera la iglesia es el producto de la supereminente resurrección de Cristo. Cuando fuimos regenerados hace dos mil años, la iglesia también fue producida. Si habláramos con otros acerca de estas cosas, pensarían que somos soñadores. En realidad, no somos soñadores, sino que estamos hablando de asuntos de otro universo. Este universo no es el universo natural, sino el universo de la resurrección. No pertenecemos al universo de la naturaleza, sino al universo de la resurrección. La iglesia es el producto de la resurrección de Cristo, el resultado del dispensar de vida. La iglesia no es natural en absoluto, es puramente un asunto en resurrección. Cuando vivimos por nuestra vida natural de una manera natural, dejamos de ser la iglesia porque la iglesia es absolutamente un asunto en resurrección.
La iglesia no fue creada por Dios sino que fue resucitada por Dios. En Génesis 2 Dios no creó a Eva; El solamente creó a Adán. Adán fue creado, pero Eva fue resucitada. Adán fue creado por Dios, pero Dios no creó una esposa para él. Dios hizo caer un sueño profundo sobre Adán (Gn. 2:21). En la Biblia el sueño significa la muerte (1 Ts. 4:13; Jn. 11:11-14; 1 Co. 11:30). Luego Dios abrió el costado de Adán y tomó una de sus costillas e hizo de esa costilla una esposa para Adán. Cuando Adán despertó, vio una esposa. Esta esposa no fue producto de creación sino de resurrección. Algo vivo salió de Adán y eso era Eva. Dios usó la costilla de Adán para hacer una esposa. Esta esposa no fue creada sino hecha en resurrección, y, conforme a Efesios 5, esta esposa es figura de la iglesia. La iglesia no fue creada por Dios sino que es algo que fue resucitado de Cristo.
Al igual que Adán, Cristo fue “puesto a dormir” en la cruz y Su costado fue abierto. Del costado traspasado del Señor salió sangre y agua. La sangre es para la redención, para resolver el problema de la caída. La costilla que salió del costado de Adán representa la vida eterna e inquebrantable, y el agua que fluyó del costado del Señor también representa la vida eterna. El hueso de Adán tipifica la vida divina, la cual también es representada por el agua que fluyó del costado de Cristo. Ninguno de los huesos del Señor fue quebrado en la cruz (Jn. 19:36). Esto significa que Su vida divina no puede ser quebrantada. Su vida física fue inmolada, pero nada pudo quebrantar Su vida divina, la cual fluye de El para producir la iglesia. De la costilla, Dios hizo una esposa, y del agua que fluyó, Dios produjo la iglesia. Así que, la iglesia no es una entidad creada por Dios sino una producida en la resurrección de Cristo. Ya que la iglesia es totalmente un asunto en resurrección, debemos abandonar toda manera natural de hacer las cosas, y debemos abandonar nuestra vida natural.
La iglesia está en resurrección, y la iglesia es uno con Cristo así como Eva llegó a ser uno con Adán. Los dos se hicieron una sola carne, y Cristo y la iglesia se han hecho un solo espíritu (1 Co. 6:17). Pablo se refiere al asunto de Cristo y la iglesia como el gran misterio (Ef. 5:32). La iglesia como el misterio de Cristo (Ef. 3:4) es el resultado del dispensar de la vida divina. Por medio de la supereminente resurrección de Cristo, la vida de Dios en Cristo ha sido dispensada en todos Sus creyentes, produciendo así la iglesia. ¡Alabado sea el Señor por la resurrección de Cristo, por medio de la cual fuimos regenerados y la iglesia fue producida!
(
EconomÃa divina, La, capítulo 8, por Witness Lee)