Acerca de las reuniones en casa, por Witness Lee

ASISTIR A LAS REUNIONES DE HOGAR ES COMO COMER LA COMIDA CASERA COMÚN

Todos los que asisten a una reunión de hogar son don nadie. Por consiguiente, no podemos esperar que ellos tengan un contenido muy elevado. Sin embargo, quisiera decirles que la comida más saludable es la comida casera común. Si todos los días tuviéramos un gran banquete, nuestra expectativa de vida sería muy escasa. Nuestra reunión de hogar no debe ser un banquete, sino comida común y corriente. Esperamos que las reuniones de hogar nos suministren la comida casera común. El problema hoy en día es que las reuniones de hogar solamente nos ofrecen un postre, no la comida casera común. No es bueno comer demasiado postre. Demasiado dulce hará que fácilmente se produzca un exceso de ácido en nuestro estómago. Si hemos de ser saludables, debemos comer alimentos que contengan menos grasa, azúcar y sal. Si nos ocupamos de estas pocas cosas, toda la familia estará saludable. Hace unos cuantos meses, cuando recién empezamos a promover las reuniones de hogar, los testimonios que escuchamos eran tan agradables como comer helado. Hermanos y hermanas que no habían estado en una reunión por treinta años, regresaron. ¡Cuán animante fue escuchar testimonios como éstos! En ese entonces, mi preocupación era que si en las reuniones de hogar no se comía la comida casera común, algún día incluso el helado se iba a acabar.

Hemos pasado tres noches aquí para cambiar nuestro concepto y entender la verdadera situación. No pongan sus esperanzas en las reuniones grandes. Ése es un camino sin salida. Todas las reuniones grandes son como patinar sobre el hielo. El día en que Pedro predicó el evangelio, tres mil personas entraron en la iglesia “patinando”. Luego Pablo predicó el evangelio en todo lugar, lleno de poder, y muchas personas también entraron “patinando”. Sin embargo, proceder de este modo no retiene a las personas. Hoy en día, el cristianismo degradado hace hincapié en las reuniones grandes y ha fundado seminarios para adiestrar a los predicadores. Pero lo que la Biblia nos muestra es la necesidad de plantar (1 Co. 3:6). La iglesia está cultivando plantas pequeñas, personas que son “don nadie”. Debemos cambiar nuestro concepto al respecto. No hay ningún problema si no somos capaces de preparar un gran banquete; no obstante, tenemos que preparar la comida casera común. Si estamos dispuestos, muchos de entre nosotros podrán preparar una comida casera común. Hermanos y hermanas, todos nosotros amamos al Señor, y esperamos que la iglesia sea edificada. Por lo tanto, creo que todos estamos dispuestos a recibir esta palabra de dirección que el Señor nos está dando.

Hoy en los cinco continentes hay más de seiscientas iglesias. Todas las iglesias tienen sus ojos puestos en la iglesia en Taipéi, porque fue a partir de Taipéi que las iglesias del extranjero se originaron. Por esta razón, la iglesia en Taipéi necesita ser edificada. Todos debemos regresar a la Biblia, prestar atención a la edificación de las reuniones de hogar conforme a la revelación y el principio expuestos en la Biblia, y criar en las reuniones de hogar a los miles de hermanos y hermanas que están en Taipéi. Cada reunión de hogar es como un huerto. Les insto a que vayamos y cuidemos los arbolitos verdes y tiernos. ¡Sin duda alguna tendremos éxito! Hermanos y hermanas, a fin de que las reuniones de hogar progresen, les insto a que llevemos esta carga juntos. La reunión de hogar es como una familia de ocho o diez miembros. En tal familia, una sola persona no prepara la comida, sino que todos deben cocinar. Incluso si usted no sabe cocinar, debe salir a comprar los víveres y preparar la comida en casa a fin de que toda la familia pueda alimentarse y estar saludable.

(Acerca de las reuniones en casa, capítulo 4, por Witness Lee)