Acerca de las reuniones en casa, por Witness Lee

LAS SEIS COMISIONES DE LAS REUNIONES DE HOGAR

Lo primero que necesitamos hacer es cambiar nuestros conceptos. Las reuniones de hogar no son simplemente un método. De ahora en adelante no ensalzaremos las reuniones grandes ni tampoco las despreciaremos; más bien, tendremos por igual las reuniones grandes y las reuniones de hogar. Según la situación actual, no debemos pensar que para recobrar a alguien exitosamente, debemos traerlo a las reuniones grandes. Por supuesto, es muy bueno hacer eso, pero no debe ser un requisito. Con tal de que esa persona pueda venir a las reuniones de hogar cada semana, eso será muy bueno. Primeramente, pongamos un buen fundamento en él. En segundo lugar, quienes asisten a las reuniones de hogar deben hacer lo posible por recobrar a los que no han estado reuniéndose por algún tiempo. En Taipéi, hay varios miles de hermanos y hermanas que no se han estado reuniendo. Los tres mil o cinco mil de ustedes que se reúnen regularmente deben participar en las reuniones de hogar a fin de recobrar a los que no se han estado reuniendo por mucho tiempo. Tercero, prediquen el evangelio extensamente. La predicación del evangelio en los hogares debe salir a partir de los hogares. Incluso la obra en las universidades debe surgir de los hogares. Los hogares son el fundamento. Si los hogares no son fuertes e incluso si usted mismo necesita de pastoreo, entonces, ¿quién podrá pastorear? Si las reuniones de hogar no son fuertes, ni siquiera la obra con los niños podrá llevarse a cabo. A fin de que una nación sea fuerte, los hogares tienen que ser fuertes. A fin de que una iglesia sea fuerte, las reuniones de hogar deben ser fortalecidas y edificadas. Los hogares son el fundamento, la base, de todas las actividades. Cuarto, retengan a las personas. Las reuniones de hogar deben retener y sustentar a las personas, e incluso hacer que anhelen volver a reunirse. Ustedes deben laborar en las reuniones de hogar al grado en que ellas tengan el poder de atraer a las personas y retenerlas. Quinto, deben lograr que las riquezas predominen en las reuniones de hogar, es decir, el contenido de las reuniones de hogar debe ser rico. Sexto, cuando las reuniones de hogar lleguen a ser así de ricas, se logrará la meta más elevada, que es expresar a Cristo.

No es fácil edificar las reuniones de hogar. Esto es como una gran montaña muy elevada que no es nada fácil de escalar. Así pues, una vez que empecemos por cambiar nuestros conceptos y luego continuemos recobrando a los que no se han estado reuniendo por un buen tiempo, predicando extensamente el evangelio, y sustentando, fortaleciendo y enriqueciendo el contenido de las reuniones, finalmente alcanzaremos la meta más elevada de Dios con respecto a la iglesia, a saber: expresaremos Cristo. Que el Señor tenga misericordia de nosotros y que todos oremos por este asunto.

(Acerca de las reuniones en casa, capítulo 1, por Witness Lee)