LA NECESIDAD DE TENER CONCIENCIA DEL CUERPO
AL ADMINISTRAR LA IGLESIA
En el pasado siempre que les pedíamos a ciertos hermanos que se encargaran de un salón de reuniones, quienes se hacían cargo competían entre sí por los recursos humanos y financieros para ese salón. Hermanos, por favor, recuerden que cuando administran la iglesia, no están administrando en beneficio de esa iglesia local, sino en beneficio del Cuerpo universal de Cristo. Si un hermano en determinada iglesia local siente la carga de mudarse a Suramérica, no deben impedírselo, sino más bien darle gracias al Señor por ello y animarlo a ir, ofreciéndole dinero para cubrir sus viáticos, apoyo económico para su familia y para sus gastos de sostenimiento por tres años. Si están dispuestos a hacer esto, la iglesia será bendecida. Cuando administramos la iglesia, debemos tener conciencia del Cuerpo y no usar nuestro juicio personal para juzgar nada. Según nuestro parecer, Jacob era una mala persona, pero el Señor dijo: “A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí” (Ro. 9:13; Mal. 1:2-3). Asimismo, según nuestro modo de hacer las cosas, nosotros queremos administrar bien la iglesia donde estamos, pero Dios desea traer un buen orden a Suramérica. En toda la tierra hay más de seiscientas iglesias. Por la misericordia del Señor, desde el comienzo hasta hoy he tratado a cada iglesia por igual sin discriminación alguna. Espero que ustedes también tengan conciencia del Cuerpo. Ustedes están aquí sirviendo a la iglesia, no por causa del servicio, sino por causa del Cuerpo del Señor en toda la tierra. Espero que no sólo los colaboradores y ancianos tengan esta actitud, espíritu, sentir y sabor, sino también cada uno de los hermanos y hermanas.
El principio básico por el cual el Señor edifica a la iglesia consiste en establecer las reuniones de hogar como la base. Cuando vamos a una reunión de hogar, nunca debemos tener la actitud de que si vamos a establecer dicha reunión de hogar, estamos yendo a ejercer el liderazgo. Debemos ir a una reunión de hogar para fortalecerla y enriquecerla, pero no para ser cabeza. Debido a que uno va allí para ejercer su función, y también brinda un suministro a la reunión más que los demás, naturalmente a los ojos del Señor dicho santo es una columna en esa reunión de hogar, y esa reunión de hogar se ha fortalecido gracias a su función. Pero, desde su perspectiva, simplemente fue a ejercer su función sin pensar en ser el líder.
(Acerca de las reuniones en casa, capítulo 5, por Witness Lee)