LA EDIFICACIÓN DE LA IGLESIA
DEPENDE DE LAS REUNIONES DE HOGAR
PARA QUE SEA PUESTO EL FUNDAMENTO
El pasado invierno leí un libro titulado The Pilings [Los pilotes], el cual fue escrito por un sacerdote católico chino. En este libro se menciona que la iglesia, a fin de ser edificada, debe valerse de pilotes para su fundamento a fin de ser estable. Dichos pilotes, o soportes, son las reuniones de hogar. Como ejemplo de este punto, él dijo que el salón de reuniones de la iglesia en Taiwán practicaba las reuniones de hogar y que éstas hincan los pilotes mejor que cualquier otra cosa.
En años recientes hicimos mucho hincapié en las reuniones grandes. Cuando veíamos que la asistencia disminuía, cambiábamos la línea de nuestro hablar. Si veíamos que a la gente no le gustaba lo que estaba escuchando, cambiábamos el tema. Sea que intentáramos hacer las cosas de una u otra manera, nuestra única preocupación era el orador. Sin embargo, en realidad no sabíamos cómo utilizar nuestro tesoro familiar: las reuniones de hogar. Así que, volvimos a depender de las reuniones grandes y seguir el camino del cristianismo. Ésta es mi carga esta noche: debemos cambiar nuestros conceptos. Las reuniones grandes tienen su utilidad, pero las personas en todo el mundo están paradas “sobre el hielo”. Queremos guiar a algunas de ellas a que patinen hacia “tierra firme” y poder retenerlas en las reuniones de hogar. Solamente así podrá la iglesia sobrevivir.
Según mi experiencia de varias décadas, sé que cuando las reuniones de hogar fueron establecidas, al comienzo los que no se habían estado reuniendo simplemente volvieron a reunirse y dieron sus testimonios. Esto trajo alegría a todos. No obstante, después de la segunda o tercera semana, ¿de qué otra cosa podíamos hablar? Servir un postre una y otra vez hizo que se perdiera el sabor. ¿Por qué estas reuniones no duraron mucho? Porque no tenían contenido. Hoy ustedes ya han experimentado este sabor. Mientras yo estaba en los Estados Unidos, recibí una carta de algunos hermanos de Taipéi que decía: “La situación de las reuniones de hogar en Taipéi es una tercera parte arriba, otra tercera parte abajo y la otra tercera parte en un punto de equilibrio”. En términos de contabilidad, la columna del haber sumaba lo mismo que la del debe; en otras palabras, era un esfuerzo perdido. Esto se debe a que todos tienen el concepto de que todavía dependemos de las reuniones grandes. Ustedes todavía están esperando que un orador competente venga y les predique.
(
Acerca de las reuniones en casa, capítulo 1, por Witness Lee)