Estudio-vida de Colosenses, por Witness Lee

V. CRISTO, EN QUIEN HABITA TODA LA PLENITUD DE LA DEIDAD

Colosenses 1:19 dice que agradó a toda la plenitud habitar en Cristo. Este mismo pensamiento se repite en 2:9, donde Pablo dice: “Porque en El habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. En Cristo habita la plenitud tanto de la vieja creación como de la nueva. La plenitud no se refiere a las riquezas de Dios, sino a la expresión de dichas riquezas. La expresión de las riquezas de Dios mora en Cristo.

Muchos cristianos hablan acerca del Cristo que mora en los creyentes, sin estar conscientes de que el propio Cristo que mora en ellos es todo-inclusivo. Si les preguntáramos a algunos de ellos qué clase de Cristo vive en ellos, sólo dirían que Cristo es su Salvador y Redentor. Desde luego, esto no es incorrecto, pero es muy insuficiente. Cuando Pablo dice: “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria” (1:27), él se refiere a un Cristo muy rico, al Cristo que es nuestra buena tierra, la expresión del Dios invisible, el Primogénito tanto de la vieja creación como de la nueva, y Aquel en quien toda la plenitud se agradó en habitar. Ni siquiera estos aspectos describen plenamente todo lo que es Cristo. Éste es el Cristo que mora en nosotros como nuestra esperanza de gloria.

(Estudio-vida de Colosenses, capítulo 15, por Witness Lee)