Estudio-vida de Colosenses, por Witness Lee

TENEMOS A AQUEL QUE LO ES TODO

En esta epístola Pablo parecía estar diciendo a los colosenses: “¿Por qué sois tan necios? Vosotros habéis recibido a Cristo, a Aquel que lo es todo. Él es el primero tanto en la vieja creación como en la nueva creación. ¿Qué necesidad tenéis de buscar algo más? ¿Por qué adoráis a los ángeles y os volvéis a la filosofía gnóstica? ¿Por qué vais en pos de los rudimentos del mundo? ¿Acaso no sabéis que el Cristo a quien recibisteis y ahora poseéis, lo es todo? Él es la Cabeza de todos los ángeles, y vosotros estáis en Él. En Él vosotros estáis llenos”.

Los capítulos dos y tres revelan que los colosenses se habían distraído con distintos “ismos”, como el gnosticismo, el misticismo, el legalismo y el ascetismo. Tales “ismos” constituyen los rudimentos del mundo. Ya que tenemos al Cristo todo-inclusivo, no necesitamos ningún “ismo”; no necesitamos filosofías, teorías ni prácticas, porque tenemos a Aquel que es el todo, y en todos. Cristo es profundo. ¿Qué filosofía puede compararse con Él? En Él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento (2:3).

Tal Cristo es la imagen, la expresión plena de Dios. Él no es el Dios escondido, el Dios oculto y misterioso, sino el Dios expresado, la imagen misma del Dios invisible. Además, Él es el primero de todo lo que Dios creó. Como ya hemos mencionado, esto implica que Él lo es todo. Él es el alfa, la omega y todas las demás letras del alfabeto (Ap. 22:13). Él lo es todo en el universo y el primero en la nueva creación, la iglesia.

(Estudio-vida de Colosenses, capítulo 9, por Witness Lee)