EL CAMINO ADECUADO ESTANDO
EN LAS REUNIONES DE LOS GRUPOS PEQUEÑOS
En estos días nuestra atención se centra en las reuniones de los grupos pequeños. Debemos dedicar tiempo para este asunto. Todos los pastores y predicadores en el cristianismo hoy día saben que es muy difícil ayudar a los creyentes a llevar una vida de comunión constante con el Señor. Por esta razón, dos métodos se han desarrollado en el cristianismo. Uno es tener un servicio de adoración los domingos para sostener a la gente. Durante la semana muy pocas personas asisten a las reuniones de la iglesia; la mayoría de ellos sólo van los domingos para el servicio de adoración. Los predicadores o pastores preparan un sermón para ellos cada semana. Además, por lo menos dos veces al año puede haber algunas llamadas reuniones de avivamientos o retiros. Por medio de estas reuniones de avivamiento o retiros ellos tratan de despertar a la congregación. La mayoría de las iglesias cristianas fundamentales dependen de este método para mantenerse.
El otro método es el del movimiento pentecostés con su hablar en lenguas. Este grupo considera a los cristianos fundamentales como demasiado muertos; utilizan los dones pentecosteses, especialmente el hablar en lenguas, para despertar a la gente. Desde 1932 en adelante, empecé a asistir a sus reuniones. Después de muchas décadas de observación y experiencia, tengo la confianza para decir que la mayor parte del llamado hablar en lenguas de hoy es falsa. El hablar en lenguas que se menciona en el libro de Hechos y en 1 Corintios es un dialecto verdadero (Hch. 2:4, 6, 8, 11; 1 Co. 13:1). No es como lo que practican los que hablan en lenguas hoy día. La mayor parte del hablar en lenguas de hoy es solamente una clase de sonido sin sentido; no es un dialecto. Tenemos un hermano entre nosotros que es un erudito en la lingüística. El nos dijo que hoy día el idioma más simple en el mundo es el idioma hawaiano; pero aun este idioma tiene por lo menos trece consonantes. Sin embargo, los que hablan en lenguas pueden producir a lo más diez consonantes. Esto demuestra que el llamado don del hablar en lenguas hoy no es un dialecto verdadero.
En el verano del 1963 daba una conferencia en Pasadena. En aquel entonces el hablar en lenguas era muy prevaleciente en la costa del oeste. Leí un reporte por un pastor que estaba mucho a favor del hablar en lenguas. El dijo que había tenido contacto con doscientas personas que hablaban en lenguas y que cada una de ellas le dijo que dudaban que su hablar en lenguas fuese auténtico. Después de eso el pastor exhortó a los lectores a que no dudaran de sus lenguas. Lo único que necesitaban hacer era hablar; estaba bien que hablasen cualquier cosa. El dijo que con tal de que pudiesen hablar algo, ésa era una lengua. Durante el entrenamiento yo pedí a un hermano que leyese a todos en voz alta el artículo. Después de eso les pregunté: “En el día de Pentecostés cuando los apóstoles hablaron en lenguas, ¿dudaba alguno de ellos que la suya fuera una lengua verdadera? ¿Por qué es hoy día, que entre las doscientas personas que hablan en lenguas, todas dudan su autenticidad? Esto demuestra que sus lenguas no son reales”.
Algunos no están contentos a menos que hablen en lenguas. Deben gritar y clamar antes de que se sientan felices. Al principio no entendí esto. Gradualmente, supe que aun un incrédulo cuando está deprimido puede experimentar un alivio emocional con gritar un poco; no necesita hablar en lenguas. Recuerdo que como un niño en mi pueblo natal miraba a los carpinteros y los enladrilladores edificando casas. Ellos se mantenían ocupados desde la mañana hasta el anochecer. Cuando era la hora de detenerse para comer, tiraban a un lado sus herramientas, agitaban sus brazos y gritaban algo de tontería. De esta manera se sentían aliviados y refrescados.
En cuanto al hablar en lenguas de hoy, yo diría que la mayor parte de él, si no todo, es falso. Sin embargo, el principio que aplican los que hablan en lenguas es correcto. El principio del hablar en lenguas es abrir la boca de la gente. Cerrar nuestra boca es estar cerrados, y abrir nuestra boca es ser liberados. Cuando una persona está enojada, si es un hombre culto, se callará y no dirá nada. Esto le dará una úlcera. Si ustedes están enojados y no tienen manera de desahogar su ira, sólo salgan al patio y griten: “Oh, ¡cielos! ¡Esto es injusto!” Luego, canten algunos cantos o reciten un poema, y su enojo se acabará. No necesitan hablar en lenguas. Será igualmente efectivo si gritan tal como lo hacen los paganos.
Un hermano leyó unos libros que aun en el Egipto y la Babilonia antiguos, una clase de hablar en lenguas se practicaba en los lugares de la adoración a ídolos. Hay un hermano entre nosotros de Ghana en Africa. El me dijo que cuando era joven, mientras era incrédulo todavía, él vio a los adoradores a ídolos hablando en lenguas.
La razón por la cual he mencionado todas estas cosas es para aconsejarles que no tomen el camino de hablar en lenguas. No tomen este atajo. El hablar en lenguas es como una marea; viene rápido y se va rápido. El movimiento pentecostés de hablar en lenguas empezó aproximadamente a la mitad del siglo diecinueve en Inglaterra. Para ahora ha pasado casi un siglo y medio. Históricamente muy pocas iglesias o grupos cristianos han sido edificados de modo definitivo por medio del hablar en lenguas. La Asamblea de Dios es el grupo más sólido entre los que hablan en lenguas. Ellos les decían claramente a los estudiantes de sus seminarios que no pueden depender de las lenguas para que edifiquen a las iglesias. Para edificar iglesias, la única forma es la de enseñar. Ellos pueden hablar en lenguas en privado, pero en sus reuniones no hablan en lenguas.
(
Vivir necesario para la edificación de las reuniones de grupos pequeños, El, capítulo 7, por Witness Lee)