Vivir necesario para la edificación de las reuniones de grupos pequeños, El, por Witness Lee

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LA ENSEÑANZA DE VIDA: ANDAR CONFORME AL ESPIRITU

La vida cristiana no es una vida conforme a la cultura. No es una vida de religión, ética, moralidad, tradición o costumbres. La vida cristiana es un vivir que procede del Espíritu Santo y que es mediante el espíritu humano. Es también un vivir cuyo andar es conforme al espíritu. Desafortunadamente, ustedes y yo todavía no hemos alcanzado ese nivel. Muchos hermanos y hermanas son muy piadosos para con Dios. Son muy estrictos consigo mismos y muy perdonadores para con otros. Su manera de vida es muy honrada y fiel. A nosotros los chinos así se nos ha enseñado desde nuestra juventud, y en nuestra vida diaria somos muy controlados y dominados por estas enseñanzas. Por lo que a Confucio se refiere, esta clase de comportamiento es bueno, y por lo que a la moralidad y la ética se refieren, es excelente. Tal comportamiento es apoyado por la tradición, y bienvenido por el razonamiento natural. Pero por lo que a la economía de Dios se refiere, está lejos del blanco. Dios no aprueba ninguna de estas cosas. El no aprueba nada que no sea conforme a Su economía. Como los apóstoles del Nuevo Testamento llegaron a comprender, aun las ordenanzas que fueron dadas por Dios en el Antiguo Testamento han sido todas puestas a un lado (Ef. 2:15; Col. 2:14).

Pablo nos muestra en el libro de Gálatas que si un hombre desea guardar la ley, él es desligado de Cristo y ha caído de la gracia (Gá. 5:4). Eso hace que Cristo de nada le aproveche. Esto no significa que tengamos libertad de quebrantar la ley. No es asunto de guardar la ley ni de quebrantar la ley. Guardar la ley es un asunto del bien, y quebrantar la ley es un asunto del mal. Tanto el bien como el mal son del mismo árbol, el árbol de la ciencia del bien y del mal (Gn. 2:17). Pero el árbol de vida no es ni asunto del bien ni asunto del mal. Es un asunto de vida, y esta vida es Cristo (Jn. 14:6).

En Romanos 7:21 Pablo dijo que cada vez que deseaba hacer el bien, el mal estaba presente con él. Este es el árbol de la ciencia del bien y del mal. Los que viven en la esfera del árbol de la ciencia del bien y del mal siempre están trastornados. Pablo exclamó: “¡Miserable hombre soy yo! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte?” (lit., 7:24). Luego en el capítulo 8 él declaró que la ley del Espíritu de vida le había librado (8:2). Aquí no tenemos la ley del bien ni la ley del mal, sino la ley de vida.

Para la mayoría de la gente, es digno de elogio ser capaz de diferenciar entre el bien y el mal. Según su modo de pensar, es correcto ser justo, moral y ético. Los clásicos chinos dicen que el camino de la enseñanza más alta está en el desarrollo de la “virtud luminosa”. Con tal de que una persona desarrolle la virtud luminosa dentro de él, él es bueno. Pero para el cristiano esto no es adecuado. La enseñanza de vida no es asunto de desarrollar la virtud luminosa. La enseñanza de la vida es andar conforme al espíritu. La enseñanza de Confucio exhorta al hombre a que cultive y desarrolle la virtud luminosa dentro de él. Pero nosotros los cristianos no estamos aquí para desarrollar esa virtud luminosa. Estamos aquí para desarrollar el espíritu dentro de nosotros que está mezclado con Cristo, quien es el Espíritu vivificante. Este espíritu mezclado dentro de nosotros es mucho más alto que la virtud luminosa.

En realidad, la virtud luminosa es simplemente la conciencia. La virtud luminosa de Confucio es la conciencia de que habló Wang Yang-ming, otro filósofo chino. Todas las enseñanzas respecto al desarrollo de la virtud luminosa son el resultado de los descubrimientos más altos de los filósofos chinos. Ellos descubrieron que dentro del hombre está la parte más noble, la cual es la conciencia. Pero dentro de nosotros los creyentes hay un espíritu que contiene al Espíritu divino. Este es más alto que la conciencia. Espero que los hermanos y hermanas escuchen esta palabra. Lo que muchos cristianos que buscan al Señor están haciendo hoy es simplemente desarrollar su virtud luminosa. No andan conforme al espíritu dentro de ellos que está mezclado con Dios el Espíritu.

La Biblia no nos enseña a desarrollar nuestra virtud luminosa. No nos dice que cultivemos nuestro hombre natural. Más bien nos enseña a andar conforme al espíritu (Ro. 8:4; Gá. 5:16a, 25). Este espíritu es el espíritu mezclado que es producido cuando el Espíritu de Dios entra en nuestro espíritu. El Espíritu de Dios es el Espíritu vivificante que ha pasado por la creación, la encarnación, el vivir humano, la crucifixión y la resurrección. Hoy este Espíritu ha entrado en los espíritus de todos los que son salvos. La intención de Dios hoy no es que desarrollemos nuestra virtud luminosa. Más bien, El quiere que andemos conforme a ese espíritu interior en el cual mora la presencia de Dios. El camino de la enseñanza más alta está en el desarrollo de la virtud luminosa; pero la enseñanza de vida está en andar conforme al espíritu.

(Vivir necesario para la edificación de las reuniones de grupos pequeños, El, capítulo 2, por Witness Lee)