Economía de Dios y el misterio de la transmisión de la Trinidad Divina, La, por Witness Lee

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EL MISTERIO DE LA TRANSMISIÓN

¿Cuál es el misterio contenido en Juan 16:15? En resumen, es el misterio de la transmisión. A fin de explicar este misterio podemos usar la electricidad como ejemplo. Todos sabemos que la electricidad tiene la capacidad de ser transmitida. El prefijo trans significa “al otro lado”, “a través de”. Por ejemplo, en el aeropuerto un visitante que está en tránsito es un pasajero que está de paso. Cuando la electricidad es enviada, llamamos a esto la transmisión de la electricidad. ¿Desde dónde es transmitida la electricidad? Es transmitida desde la central eléctrica. ¿Cómo es transmitida? Por medio de los cables de electricidad.

De manera semejante, ser llenos del Espíritu es permitir que el Espíritu nos sea transmitido. Cuando somos llenos del Espíritu, lo que sucede en realidad es que el Espíritu es conducido y transmitido a nuestro espíritu. Este misterio de la transmisión del Espíritu se presenta en Juan 16:15.

El Padre es la fuente, y todo se incluye en Él

No es fácil explicar el misterio de la transmisión. Hemos señalado que entre los tres de la Trinidad —el Padre, el Hijo y el Espíritu— el Padre, quien es la fuente, posee todas las riquezas. “Todo lo que tiene el Padre” incluye Sus riquezas, Sus posesiones, Sus bienes, incluyendo el amor, la luz, la santidad, la justicia, la bondad, la misericordia, el poder, la autoridad, la sabiduría y todas las demás cosas positivas, que no podemos describir con las palabras de nuestro idioma limitado.

Además, en las riquezas del Padre tenemos la “ira”, pero no el “mal genio”. Ésta es la “ciencia” de la Biblia. Nosotros perdemos los estribos, pero Dios nunca pierde los estribos; Dios sólo tiene ira. Hay una diferencia entre ambas cosas. Pablo dice en Efesios: “Airaos, pero no pequéis” (4:26). Cuando nosotros nos airamos, fácilmente perdemos los estribos, y cuando esto sucede, podemos pecar fácilmente. Sin embargo, Dios es movido a ira, pero Él no pierde los estribos. Pablo dijo a los que son padres: “Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos” (6:4). ¿Cómo un padre provoca a ira a su hijo? Lo hace cuando pierde los estribos al disciplinar a su hijo. Por ejemplo, supongamos que un joven no se va a casa directamente después de la escuela, sino que se queda en la calle y, como resultado, llega tarde a casa. Si el padre pierde los estribos y castiga a su hijo, será un padre derrotado. Perder los estribos así es provocar a su hijo a ira. Provocar a sus hijos a ira los daña pues despierta su carne. Usted puede airarse, pero no perder los estribos. Tenemos que ver la diferencia entre estas dos cosas. Sin embargo, para los seres humanos es sencillamente imposible airarse y no perder los estribos; sólo los ángeles pueden hacerlo. La única manera en que podemos airarnos y no perder la calma es que activamente disfrutemos a Dios y de ese modo recibamos Su transmisión.

¡“Todo lo que tiene el Padre” es verdaderamente rico y sumamente vasto! Considere por ejemplo Su economía, Su beneplácito y Su plan. Himnos, #287 contiene cinco estrofas: la primera se refiere al Padre, al Hijo y al Espíritu de modo general; las estrofas 2, 3 y 4 hablan del Padre, del Hijo y del Espíritu respectivamente; y la estrofa 5 nos habla de nuestra experiencia. La estrofa 2 dice que el Padre como fuente es rico, y que Sus riquezas son inacabables, y que Él es sin duda una mina de tesoros. Todas estas riquezas y bienes son, de hecho, el “todo” que le ha sido dado al Hijo.

El Padre le dio todo al Hijo

En el Evangelio de Juan, se usa varias veces la palabra todo. En la teología hay cuatro expresiones: todos los hombres, todos los asuntos, todas las cosas y todo. La palabra griega traducida “todo” incluye todos los asuntos y todas las cosas, y la frase traducida “todas las cosas” incluyen a todos los hombres. Tomemos por ejemplo Hechos 10:34-36. En la casa de Cornelio, Pedro dijo que el Señor Jesús es el Señor de “todos”. Aunque la versión popular en chino mandarín también traduce esta palabra como “todo”, aquí esta palabra se refiere a todos los hombres (cfr. 1 Ti. 2:4). Pedro pensaba que el Señor era solamente el Señor de los judíos, pero no de los gentiles; sin embargo, cuando llegó a la casa de este gentil, vio claramente que el Señor era el Señor de todos los hombres. Por lo tanto, podemos ver que en este versículo la palabra todos se refiere a todos los hombres.

En el Evangelio de Juan, la primera vez que se menciona la palabra aquí traducida “todas las cosas” ocurre en 1:3. La palabra griega traducida “todas las cosas” es, de hecho, la misma que se puede traducir “todos”, e a todos los hombres. La segunda vez aparece en 3:31, que dice: “El que de arriba viene, es sobre todos”. El versículo 35 continúa diciendo: “El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en Su mano”. Juan 3:35 es un versículo muy precioso, pues dice que el Padre ama al Hijo y le ha entregado todas las cosas en Su mano. Aquí “todas las cosas” equivalen a “todo lo que tiene el Padre”, según se menciona en 16:15. Por lo tanto, estos dos versículos están relacionados. Juan 3:35 dice: “El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en Su mano”, y en 16:15 el Señor dijo: “Todo lo que tiene el Padre es Mío”. Todo lo que el Padre tiene es del Hijo porque el Padre ama al Hijo y le ha entregado todas las cosas. Además, 13:3 dice: “Jesús, sabiendo que el Padre le había dado todo en las manos”. Este versículo comunica lo mismo que 3:35, que dice que el Padre le ha entregado al Hijo todas las cosas. Por esta razón, en 16:15 el Hijo pudo decir: “Todo lo que tiene el Padre es Mío”. Él dijo esto con base en 3:35 y 13:3, que dicen que el Padre le entregó a Él todas las cosas.

Las palabras entregado y dado que aparecen en 3:35 y 13:3 en realidad significan “transmitido”, lo cual indica que las riquezas del Padre le han sido transmitidas al Hijo. El Padre ha dado o transmitido todas Sus riquezas al Hijo. Además, debemos entender que cuando el Padre le transmite todas las cosas al Hijo, el Padre también viene junto con lo que transmite. El Padre está siempre presente en la transmisión. Éste es el primer paso de la transmisión.

(Economía de Dios y el misterio de la transmisión de la Trinidad Divina, La, capítulo 6, por Witness Lee)