LOS CUATRO PASOS QUE DIO LA PALABRA
AL RELACIONARSE CON EL HOMBRE
Al comienzo del Evangelio de Juan, Juan habla de la Palabra. Esto demuestra que Dios desea tener una relación con el hombre. ¿Cómo puede Dios tener una relación con el hombre? El primer paso consiste en que Él se encarnó para introducir a Dios en el hombre; el segundo paso es que vivió una vida humana en la tierra por treinta y tres años y medio; el tercer paso consiste en que por medio de Su muerte y Su resurrección Él introdujo al hombre en Dios; y el cuarto paso radica en que Él llegó a ser el Espíritu para morar y vivir en aquellos que han creído en Él.
Acerca de que Cristo es el Espíritu
El postrer Adán llegó a ser el Espíritu vivificante
En cuanto a la verdad fundamental de que Cristo es el Espíritu, hay dos versículos cruciales. El primero es 1 Corintios 15:45, que dice: “El postrer Adán [llegó a ser] Espíritu vivificante”. Algunos argumentan diciendo que el Espíritu vivificante mencionado aquí no es el Espíritu Santo, sino el Espíritu de Cristo como una persona. Dicen que así como nosotros los seres humanos tenemos un espíritu, Cristo también tenía un espíritu. También dicen que cuando este Jesucristo murió, llegó a ser un Espíritu vivificante. Este versículo no dice que el postrer Adán simplemente llegó a ser “Espíritu”, sin ningún modificador; en vez de ello, dice que llegó a ser “Espíritu vivificante”, es decir, tiene “vivificante” como modificador. Esto indica que el Espíritu puede dar vida. Quisiera preguntarles: ¿Qué clase de espíritu puede dar vida? ¿Puede el espíritu humano dar vida? Si Jesucristo no hubiera llegado a ser el Espíritu, y si el Espíritu en 1 Corintios 15:45 se refiriera únicamente al espíritu que Él tenía como hombre, ¿podría ese espíritu humano dar vida? Puesto que 1 Corintios 15:45 dice explícitamente que Él llegó a ser Espíritu “vivificante”, entonces eso simplemente significa que llegó a ser Espíritu vivificante. El hecho de que el postrer Adán llegó a ser Espíritu vivificante es una revelación muy crucial, y no podemos borrar a nuestro antojo la palabra vivificante. Además, 2 Corintios 3:6 dice: “Mas el Espíritu vivifica”. Únicamente Dios puede dar vida y vivificar al hombre. Aparte de Dios, nadie en este universo puede dar vida ni vivificar al hombre.
El Señor es el Espíritu
El segundo versículo crucial en cuanto a que Cristo es el Espíritu es 2 Corintios 3:17, que dice: “El Señor es el Espíritu”. Aquí “el Señor”, por supuesto, se refiere a Jesús, y “el Espíritu” es el Espíritu que da vida, mencionado en el versículo 6, quien también es el Espíritu vivificante. Muchos escritores cristianos, incluyendo a Dean Alford y a Andrew Murray, han reconocido este hecho. Alabado sea el Señor, pues el Cristo en quien creemos es el Espíritu hoy.
La carencia que hay en la teología
del cristianismo
En nuestro himnario en inglés, tenemos de veinte a treinta himnos que hablan acerca de que Cristo es el Espíritu. En la compilación del himnario, hicimos todo lo posible por reunir todas las verdades expresadas en los himnos de diferentes antecedentes cristianos. Por lo tanto, nuestro himnario puede ser considerado una colección de los himnos teológicos. Si usted quiere estudiar la verdadera teología, tiene que estudiar primero nuestro himnario.
Una gran falta en la teología cristiana es que ésta no dice nada respecto a que Cristo es el Espíritu. Debido al hecho de que esta verdad está ausente, es imposible establecer un vínculo que una todas las demás verdades. Sin esta verdad, el Padre es el Padre, el Hijo es el Hijo y el Espíritu es el Espíritu, y los tres están totalmente separados. En otras palabras, si Cristo no es el Espíritu, los tres de la Trinidad Divina estarían completamente separados. Desde este punto de vista, debemos considerar que es nuestra responsabilidad explicar y predicar la verdad divina en cuanto a que Cristo es el Espíritu a la luz de la revelación de la Biblia.
En particular, los jóvenes que deseen servir al Señor deben conocer esta verdad a fondo. Ustedes no deben ser Felipes que hablan incoherencias; en vez de ello, deben dedicar tiempo a estudiar a fin de ver este misterio en el Evangelio de Juan, de modo que esta verdad esté incluida en lo que prediquen.
(Economía de Dios y el misterio de la transmisión de la Trinidad Divina, La, capítulo 4, por Witness Lee)