Economía de Dios y el misterio de la transmisión de la Trinidad Divina, La, por Witness Lee

Más extractos de este título...

NUESTRAS EXPERIENCIAS ESPIRITUALES DEBEN HALLARSE EN LA IMPARTICIÓN DEL DIOS TRIUNO

La vida de Cristo en nosotros es completamente una historia del Espíritu; no tiene que ver con procurar ser perfectos por medio de la ética, ni tampoco tiene que ver con el cultivo de la moralidad personal. Hace varios días me lastimé la espalda, y no he podido moverme mucho ni hacer muchas cosas. Un día escuché a mi esposa cantar el coro: “Con cada golpe / Ganancia me das” (Himnos, #295). Así que inmediatamente me acordé de la estrofa 1 de ese himno que dice: “Si no se exprime la oliva, / Aceite no habrá; / Si no se pisan las uvas, / Vino no se obtendrá”. Por supuesto, ella no cantaba intencionalmente ese himno para que yo lo escuchara; pero me pareció que ese himno no es del todo malo, pues en parte está bien y en parte está equivocado. No creo que en cuanto uno echa algo a la prensa, sale el aceite o sale el vino. Lo que salga depende de lo que uno eche. Si echamos piedras, carbón o madera, únicamente saldrá polvo; no podremos obtener ni una gota de aceite o de vino. Por lo tanto, a fin de que salga el aceite, lo que se eche a la prensa debe contener aceite. Lo que determina que cada golpe sea una verdadera ganancia es si tenemos aceite en nuestro interior.

Los discípulos de Confucio y Mencio, los confucionistas, no tienen aceite en su interior, así que por mucho que sean presionados, no saldrá el aceite. Pero damos gracias al Señor y le alabamos porque nosotros los cristianos somos el fruto del olivo. Cuando somos puestos en la prensa, sale una gran cantidad de aceite. A fin de que salga el aceite, el Señor prepara para nosotros la vida matrimonial. De hecho, el matrimonio es una prensa, y casarse es entrar en una prensa. No lo digo en broma. La diferencia es que cuando los incrédulos entran en la prensa, nada sale, salvo trozos de carbón, madera y piedra. En cambio, los cristianos tienen aceite en su interior y, por eso, cuando son puestos en la prensa, sale el aceite.

Es muy lamentable que en el cristianismo cuando las personas hablan acerca de llevar la cruz y experimentarla, principalmente recalquen la superación personal y sólo se preocupan por cultivar la moral. Olvidan el asunto del aceite y no le dan ninguna importancia a la vida interior. Recuerden que todas las experiencias de nuestra vida espiritual deben hallarse en la impartición del Dios Triuno. Si no participamos de la impartición, seremos simplemente madera, hierba y hojarasca. No importa cuánta presión experimentemos, no saldrá nada de aceite, sino trozos de madera y hierba cortada. Tal vez seamos realmente quebrantados, pero lo que importa es si hay aceite o no. Por esta razón, debemos contactar al Dios Triuno continuamente y tener comunión con Él a cada momento. Es por ello que el Nuevo Testamento nos dice que debemos orar sin cesar y dar gracias en todo (1 Ts. 5:17-18). Esto significa que debemos contactarlo a Él sin cesar. Contactar al Dios Triuno es permitir que Él nos añada aceite continuamente. En Mateo 25 vemos diez vírgenes. Las cinco vírgenes prudentes recibían el aceite continuamente, es decir, el aceite fluía constantemente a ellas para que sus vasijas siempre tuvieran aceite (v. 4). Esto nos muestra que debemos aprender a contactar al Señor todo el tiempo y permitir que el Dios Triuno se imparta a nosotros a cada momento.

Supongamos que la electricidad se fuera inesperadamente. Todas las luces se apagarían y todos los aparatos eléctricos dejarían de funcionar. El Espíritu puede ser comparado a la electricidad. Cuando el Espíritu deja de fluir, todas nuestras funciones espirituales se detienen. Por lo tanto, no ore por su cuenta y después trate de hacer el bien con la determinación de su propia voluntad. Es así como todo se hace y debe hacerse en la esfera de la superación personal en el confucionismo, pero este método es totalmente inútil en la esfera de la experiencia espiritual de un cristiano. El único camino eficaz que debemos tomar es contactar la “fuente eléctrica” y el “campo petrolífero”, a fin de que seamos llenos del aceite y estemos conectados a la corriente continuamente. Esto es contactar continuamente al Señor para que el Dios Triuno pueda impartirse en nuestro ser sin cesar.

(Economía de Dios y el misterio de la transmisión de la Trinidad Divina, La, capítulo 9, por Witness Lee)