IR EN POS DEL CONOCIMIENTO
DE LA ECONOMÍA ETERNA DE DIOS
Además de los cuatro puntos que hemos mencionado, debemos procurar ver y conocer la economía eterna de Dios. Ésta es la expresión más profunda hallada en la Biblia. La palabra economía puede también traducirse “intención”, “plan”, “arreglo” o “dispensación”. Si deseamos ser aquellos que siguen al Señor, no basta con que simplemente crezcamos en vida, vayamos en pos de la verdad, seamos llenos del Espíritu Santo y seamos transformados en nuestro carácter. Además de esto tenemos que conocer la economía de Dios.
Efesios 3:11 dice: “Conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor”. El propósito eterno que Dios hizo es Su economía. En el griego la palabra traducida “eterna” significa “de los siglos”, y la palabra traducida “propósito” significa “plan”. Por consiguiente, el propósito eterno de Dios y la economía de Dios no son dos cosas diferentes, sino que se refieren a lo mismo. El propósito eterno es el plan eterno que Dios hizo en la eternidad pasada, y este plan eterno es Su economía. La ejecución de la economía de Dios es la operación de Dios. La palabra economía denota un plan intrínseco, mientras que operación se refiere a la ejecución práctica de la economía.
La palabra griega traducida “economía” es oikonomía, que significa “ley doméstica”, “administración familiar”, y, por derivación, “una distribución, o plan, administrativa”. La Biblia nos muestra que Dios tiene una economía en Sí mismo, y que esta economía incluye el propósito, plan, dispensación e intención eternos de Dios. Cuando esta economía está en el proceso de ser revelada y llevada a cabo, es Su operación.
Si queremos conocer la economía de Dios, debemos estudiar Efesios 1:9-11 y 3:9-11. Todos necesitamos estudiar estos seis versículos con mucho detenimiento y aprendérnoslos de memoria. Cada uno de estos seis versículos está relacionado con la economía de Dios como el misterio de misterios. Si los memorizamos y estudiamos bien, disfrutaremos el beneficio de ello por el resto de nuestra vida.
(
Economía de Dios y el misterio de la transmisión de la Trinidad Divina, La, capítulo 1, por Witness Lee)