Estudio-vida de 1 Corintios, por Witness Lee

HOMBRES ANIMICOS

El versículo 14 dice: “Pero el hombre anímico no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son necedad, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. El versículo 13 pone énfasis en el medio espiritual, es decir, en las palabras espirituales usadas para comunicar lo espiritual. Los versículos 14-15 recalcan el objeto espiritual al cual se habla, es decir, el hombre espiritual (no el hombre anímico), quien puede discernir lo espiritual. Tanto el medio como el objeto deben ser espirituales. Lo espiritual se debe comunicar con palabras espirituales al hombre espiritual.

Un hombre anímico es un hombre natural, uno que vive por su alma, y no por su espíritu. Tal hombre no recibe las cosas del Espíritu de Dios, sino que las rechaza. Los judíos religiosos, los cuales exigían señales, y los griegos filosóficos, quienes buscaban sabiduría (1:22), eran tales hombres, para quienes las cosas del Espíritu de Dios eran necedad (1:23).

Las cosas que son del Espíritu de Dios, las cuales se mencionan en el versículo 14, se refieren a las profundidades de Dios respecto a Cristo como nuestra porción. Un hombre anímico en su constitución interior no tiene la capacidad de percibir lo espiritual, y por ende, no puede conocer las cosas espirituales. Estas las disciernen, las examinan y las investigan espiritualmente las personas espirituales usando medios espirituales.

Según el contexto de 1 Corintios, un hombre anímico es uno que vive según la cultura griega. En principio, los que viven según su cultura son anímicos. Si un creyente chino vive según la ética china, el tal es anímico. Asimismo, si un hermano estadounidense vive según la moderna cultura de los Estados Unidos, el tal también es un hombre anímico. En conclusión, un hombre anímico es un persona que vive en su cultura.

(Estudio-vida de 1 Corintios, capítulo 17, por Witness Lee)