UNA VISION DEL LUGAR QUE CRISTO
OCUPA EN LA ECONOMIA DE DIOS
Si queremos ser afinados en un mismo parecer, debemos tener una visión del lugar que ocupa Cristo en la economía de Dios. Siento carga de que todos los santos vean a Cristo y lo conozcan. Cuando usted haya visto al Cristo que lo es todo y haya aprendido a disfrutarlo, la manera en que usted piensa y habla cambiará. Usted llegará a ser puro y sencillo. En lugar de expresar sus opiniones, se preocupará únicamente por disfrutar a Cristo y hablar de El. Al llegar a ser una persona que no sabe nada sino a Cristo, será fiel al recobro del Señor.
Hoy el Señor desea un pueblo que se interese únicamente por El. Colectivamente, estas personas serán candeleros en diferentes lugares. Entre ellas, no habrá preferencias ni opiniones, sino Cristo solamente. Que todos aprendamos esta clave.
Supongamos que usted llega al local de reuniones y ve que las sillas están dispuestas de una manera muy diferente a lo habitual; completamente contrario a su preferencia. No debería importarnos el arreglo de las sillas. Mientras que podemos reunirnos para leer la Palabra y hablar de Cristo, debemos estar satisfechos. Si se queja acerca de la manera en que están acomodadas las sillas y permite que eso le distraiga, queda demostrado que usted no ha recibido la visión acerca de Cristo. La reunión de la iglesia nos ofrece diamantes divinos, pero a nosotros nos distrae el acomodo de las sillas. ¿Acaso no indica esto que usted no valora la preciosidad de los diamantes? Mientras que pueda recibir más diamantes del Señor, no debería preocuparse por el acomodo de las sillas. Si usted conoce el valor de los diamantes, no tendrá ni el mínimo interés por otras cosas. No se preocupará por el arreglo de las sillas, ya que irá a las reuniones para obtener a Cristo y nada más que El.
En el recobro del Señor nos interesa exclusivamente Cristo. Lo único que el Señor está recuperando es a Cristo en nuestra experiencia. Si queremos ser salvos de la división debemos tomar a Cristo como nuestro centro.
(Estudio-vida de 1 Corintios, capítulo 6, por Witness Lee)