VIVIR A CRISTO PARA EXPRESAR A DIOS
El propósito de Dios es que el hombre lo exprese. Para lograr esto, El desea entrar en el hombre y ser su vida a fin de que éste lo refleje en su vivir. Con este objetivo se hizo hombre mediante la encarnación. A su tiempo, Cristo, el Dios encarnado, murió en la cruz y con Su crucifixión le dio muerte a la primera creación. Por lo tanto, en la crucifixión de Cristo no sólo se le dio muerte al Señor Jesús, sino también a toda la creación. Por medio de Su muerte que todo lo incluye, la vida divina, la cual es el propio Dios, fue liberada e impartida en Su pueblo predestinado, redimido y llamado. Ellos, al creer en el Cristo crucificado y resucitado, reciben la vida divina y al Espíritu divino. Ahora Dios desea que vivan por esta vida y que anden por este Espíritu. Esto equivale a vivir a Cristo para expresar a Dios. Además, no debemos vivir a Cristo de manera individual; más bien, debe ser una vida corporativa. Por consiguiente, Dios desea que Su pueblo sea edificado y llegue a ser Su habitación, el Cuerpo de Cristo. Este es el propósito de Dios.
Los creyentes de Corinto, quienes en su mayoría eran griegos, recibieron los dones iniciales de la vida divina y el Espíritu divino. Sin embargo, después de recibirlos, no vivieron por ellos; no se condujeron por la vida divina ni por el Espíritu, y por ende, no expresaron a Cristo. No lo tomaron como su vida, su contenido, como el todo para ellos. En cambio, permanecieron en su cultura griega y se jactaban de su sabiduría y su filosofía. Esto era lo que vivían cuando Pablo les escribió esta epístola.
(Estudio-vida de 1 Corintios, capítulo 17, por Witness Lee)